Motorola revivió un mito. La compañía presentó este jueves una nueva versión del legendario Razr. Pero esta vez sin teclas físicas. En su lugar, cuenta con una pantalla plegable que abierta mide 6,2 pulgadas y que el usuario puede doblar para reducir a la mitad el tamaño del terminal. El dispositivo, que desplegado tiene menos de siete milímetros de grosor y está pensado para ser guardado en cualquier bolsillo, saldrá en preventa en Estados Unidos y diferentes mercados europeos a partir de diciembre por 1.499 dólares —unos $90.000—.
“Mientras que los smartphones cada vez son más grandes, el Razr es un teléfono compacto”, ha explicado Allison Yi, directora de desarrollo de negocio de Motorola, en una presentación del teléfono a un grupo de periodistas en Pekín. Con este smartphone, la compañía se une a la carrera entre diferentes fabricantes como Samsung o Huawei por sacar al mercado smartphones plegables. Yi sostiene que los usuarios cada vez demandan smartphones más compactos y subraya la conexión emocional que se crea entre ellos y sus teléfonos.
En este contexto en el que las emociones cobran importancia, Motorola ha apostado por un móvil que marcó a una generación. Además, según la compañía, el nuevo Razr mantiene el grosor del extinto V3 DE 2004. El fabricante, que lleva trabajando en el smartphone desde 2015, ha desarrollado y probado más de 20 prototipos para llegar al diseño final. El resultado ha sido un dispositivo plegable que se cierra con una bisagra que permite que el smartphone se doble por la mitad sin dejar ningún espacio entre las dos partes de la pantalla: “De esta forma, se evita que diferentes partículas o el polvo entren entre ambas partes”. No obstante, esta bisagra es ligeramente apreciable al pasar el dedo por encima de la pantalla desplegada.
El objetivo es dotar al usuario de una experiencia “más inmersiva”. La pantalla principal del terminal tiene una relación de aspecto 21:9. Este formato cinematográfico muestra una apuesta de la compañía por el entretenimiento multimedia en un contexto en el que cada vez más usuarios optan por sus smartphones para visualizar vídeos, series o incluso películas. Además, en terminal cuenta con un notch en la parte superior de la pantalla en el que se encuentran la cámara frontal y el altavoz.
No es necesario abrir el móvil, que incluye tanto sensor de huellas como desbloqueo facial, constantemente. Los usuarios pueden realizar ciertas acciones sin necesidad de abrir el teléfono. El smartphone tiene una pantalla externa de 2,7 pulgadas bautizada como Quick View y pensada para cuando está cerrado. Además de consultar las notificaciones, permite hacer llamadas, responder mensajes, reproducir música, usar el asistente de Google o hacerse selfies. De hecho, el teléfono cuenta con un modo que toma fotografías con solo sonreír a la cámara. La compañía asegura que esta pantalla secundaria tendrá nuevas funciones una vez que los desarrolladores de diferentes aplicaciones trabajen en ello.
La cámara principal del smartphone, que es la que se utiliza para hacer selfies cuando el dispositivo está cerrado, es de 16 megapíxeles mientras que la cámara frontal, que se encuentra en la parte superior de la pantalla principal, tiene cinco. El smartphone, que carece de un jack para conectar los auriculares y tiene un puerto USB-C, tiene 6 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento interno. Además, cuenta con un procesador Qualcomm Snapdragon 710 Octa-core a 2,2 Ghz y una batería de 2510 mAh con carga rápida.
Fuente: El País