Vino vs. cerveza: la bebida más sana, saludable y recomendable, y la que más engorda
En un mundo donde siempre todo se presenta en forma de rivalidad o "versus", resulta inevitable plantear la dicotomía entre cerveza o vino. No solamente por una cuestión de gustos personales y particulares, sino desde la óptica de las propiedades de estas bebidas en particular y en lo que a salud respecta.
Ambas bebidas alcohólicas son sinónimos de reuniones sociales, celebraciones y hasta la excusa para festejar o celebrar algo. Y aunque tienen defensores y detractores por igual, expertos en salud se encargan de analizar los "pro" y los "contra", los beneficios y peligros de la cerveza y del vino.
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¿Vino o cerveza? El veredicto de los especialistas en salud sobre ambas bebidas
Lo primero que destacan los expertos es que el consumo excesivo de vino, cerveza -así como de cualquier bebida alcohólica- es nocivo para la salud. Hecha esta necesaria aclaración, llega el momento de analizar a cada una en particular. Si de popularidad hay que hablar, la cerveza y el vino compiten cabeza a cabeza, siendo la primera la favorita entre los más jóvenes, mientras que el vinotoma la delantera en el público adulto.
Si bien el vino tiene más contenido calórico que la cerveza (el vino presenta 78 calorías cada 100 gramos, mientras que la cerveza presenta 33 calorías cada 100 gramos), lo cierto es que en una reunión en la que hay cerveza se suele tomar más cantidad de esta bebida comparado con la que se toma en una reunión con el vino como protagonista.
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Es decir, el vino engorda más al analizarlo particularmente, pero al final de una reunión, siempre se beberán más botellas de cerveza que de vino.
Estudios científicos confirman que una copa diaria de vino tinto aporta polifenoles, antioxidantes naturales presentes en esta bebida y que ayudan a la salud cardiovascular. Esto ayuda a reducir la inflamación y proteger las células del daño oxidativo. Es decir, consumir vino tiene estos beneficios, siempre y cuando sea un consumo moderado.
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La cerveza, en contraposición, no aporte este tipo de beneficios. No obstante, tampoco tiene características extremadamente perjudiciales para la salud. Eso sí, siempre -y al igual que con el vino- manteniendo el consumo moderado y evitando excesos.
En síntesis, no es necesario ponderar una bebida por sobre la otra, más allá de los beneficios que aporta el vino a la salud cardíaca o de que la cerveza engorde menos que el vino. La clave es el equilibrio, la moderación y consumir bebidas sin alcohol también.
