Tecnología

Unión Europea firmó para lanzar una constelación de satélites y competir con Starlink de Elon Musk

Recientemente, la Unión Europea firmó un contrato con la Agencia Europea Espacial, el proyecto IRIS2

Starlink es la única empresa que ofrece conectividad satelital, por lo que se ha iniciado una carrera para ver quien es el próximo en desarrollar este tipo de tecnología. Recientemente, la Unión Europea firmó un acuerdo importante para lanzar una constelación de satélites para trabajar en una red de comunicación satelital.

La Agencia Europea Espacial, ESA por sus siglas en inglés, utilizó X para comunicar la gran noticia. “La ESA apoyará el desarrollo del sistema de satélites de comunicaciones seguras de @defis_eu, IRIS2. Una constelación multiórbita de unos 300 satélites será lanzada después de que dos contratos se confirmaran hoy en Bruselas”, reportaron el 16 de diciembre. Además, explicaron que este proyecto tiene como objetivo proporcionar comunicaciones resilientes, seguras y rápidas para los gobiernos de la Union Europea, los ciudadanos y las empresas.

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IRIS2, la competencia de Starlink

Al parecer, Starlink no será más la única empresa con satélites que brindan señal de internet y comunicaciones. A través del programa IRIS2, la UE se ha asociado con la ESA en un proyecto público y privado. Según informó The Financial Times, cuentan con un presupuesto de 10.055 millones de euros y el objetivo es desarrollar una red de comunicaciones satelital en los próximos 12 años.

El proyecto público y privado necesitará desarrollar una órbita de 300 satélites aproximadamente. El grupo privado SpaceRise, que cuenta con empresas como Hispasat, Airbus, SES, Eutesat y Thales, será uno de los grandes inversores de capital, por lo que será una pieza fundamental para cumplir objetivos.

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Henna Virkkunen, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica, explicó que la constelación de vanguardia protegerá las infraestructuras críticas de la Unión Europea, conectando las áreas más remotas y aumentando la autonomía estratégica. Todo apunta a que el viejo continente no quiere depender de la tecnología de Elon Musk.

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