Genaro no lo dudó: llamó a la Policía y también llamó a sus padres, para contarles lo que había pasado.
"Mientras me venían a buscar mis papás, llegó la Policía y revisó el contenido del bolso, en eso vimos que venía una señora jubilada con un carrito de compras, y la veía muy angustiada".
Los policías revisaron los papeles que había adentro del bolso y constataron que era de la abuela, que reclamaba haber perdido la plata. Lo más conmovedor fue la reacción de la muje: se emocionó por la devolución del dinero.
"La mujer jubilada había sacado un préstamo para pagar sus remedios y unas deudas que tenía en su casa. Me quiso dar un premio -en dinero- pero no se lo acepté, a ella le hacía más falta la plata que a mi", aseguró el chico.
Un adolescente común, pero solidario y lleno de empatía
Genaro tiene una vida simple, de campo: ayuda a sus padres que son contratistas de una viña en Palmira, va a la escuela y juega al fútbol. "Mi ídolo es Leo Messi", contó. No tiene grandes pretensiones económicas. Dice que está agradecido con lo que tienen él y su familia y que no le hace falta más.
Para sus gastos, necesita poco "10.000 pesos, más o menos, eso es lo que gasto yo, lo demás se lo doy a mi familia".
En el futuro, se ve como policía. "Es porque tengo muchos tíos y tías que son policías y eso me gustaría estudiar", contó el adolescente.