El Doctor Len Horovitz, neumólogo del Hospital Lenox Hill en New York, explica que no hay nada de malo con la circulación y movimiento del aire producido por el ventilador, de hecho puede aliviar la sensación corporal de temperatura elevada y limitar la transpiración.
El problema aparece cuando el uso excesivo de ventilador por la noche evapora la humedad de la boca y las fosas nasales, así como la hidratación natural de los ojos.
Además, los ventiladores también hacen circular el polvo del ambiente, lo que resulta peligroso para las personas con alergias. Horovitz recomienda dormir con ventilador pero a una distancia razonable de la cama. Lo importante es que cualquier electrodoméstico de estos no arroje aire directamente en la cara.
Algunos riesgos comprobados de dormir con el ventilador muy cerca
Uno de los problemas no mencionados, pero no menos importantes, es el consumo energético que representa el uso de ventilador durante todas las noches de verano. El uso sin medidas agrava la crisis ecológica y a su vez la económica.
En el caso de nuestra salud, utilizar el ventilador al dormir puede producir las siguientes afecciones:
- Daños en las fosas nasales y problemas de alergias por el movimiento de polvo.
- Resecamiento de la piel y las fosas nasales.
- Dolores de cabeza y congestión nasal.
- El aire constante durante la noche puede producir rigidez muscular y contracturas.
- Dormir con ventilador y con la boca abierta es una combinación no recomendada ya que reseca la garganta.
Por lo tanto, no es necesario que duermas todas las noches sin ninguna fuente de aire y despiertes sofocado y transpirado. Lo ideal es utilizar ventilador o aire pero en su justa medida y sin que apunte directamente a nuestro cuerpo.
No olvides que algunas noches de verano la temperatura baja y nos da un respiro. En esas ocasiones, lo ideal es dormir con las ventanas abiertas y las persianas cerradas para aprovechar el aire fresco natural de ser posible.