El idioma español es muy rico a la hora de usar palabras y los argentinos han agregado muchas palabras que marcaron una época, pero que han quedado en desuso y permanecen atrás en el tiempo.
El idioma español es muy rico a la hora de usar palabras y los argentinos han agregado muchas palabras que marcaron una época, pero que han quedado en desuso y permanecen atrás en el tiempo.
Justamente, uno de los mejores aspectos que tiene el lenguaje es la renovación constante de palabras. Ahora, si eres uno de los que usan estas palabras que quedaron en el pasado, entonces es momento de replantearte cosas y admitir tu edad, porque viejos son los trapos, pero puede ser que no tengas nada que envidiarles.
Una de las palabras más hermosas que ha tenido el vocabulario español es el de "fosforera". Esta palabra se usaba mucho para referirse a los encendedores, pero ha quedado en el pasado y es muy posible que cuando pidas una fosforera, nadie entienda qué es lo que realmente estás solicitando.
Hay una palabra muy conocida que, sin embargo, demuestra la edad de una persona. Si bien "birome" se refiere a algo que todos conocemos y seguramente si alguien la dice, se va a entender, también es cierto que no se suele usar y que su sinónimo "lapicera" pasa más desapercibido.
Otra palabra que quedó en el pasado y que muchos jóvenes ignoran en la actualidad es "Victrola" o "vitrola". Allá, por los años 70, estos antiguos tocadiscos provocaban que todos bailaran en las casas argentinas. La tecnología fue avanzando y estos se convirtieron en un artículo antiguo y apto solo para conocedores. Muchos ni siquiera han visto uno, aunque los jóvenes actuales tampoco llegaron a conocer lo que es un walkman o un discman.
Finalmente, están las galochas. Si no sabes qué son, es porque actualmente le debes decir botas de lluvia. Estas se encuentran hechas de goma impermeable y si bien, todavía existen, la palabra para mencionarlas ya no se usa mucho y ha sido reemplazada por un nombre más directo.
En otras palabras, si usas algunas de estas palabras en tu vida cotidiana, puede que hace mucho tiempo que hayas dejado de ser joven, o que seas alguien con el alma vieja.