La familia vive en el barrio Tropero Sosa, de San Martín, en una casa que lograron adjudicar después de insistir debido a la discapacidad de Máximo. “Pero cada vez necesita mejores condiciones para sobrellevar lo que le toca”, admite su mamá, quien también enfrenta los desafíos de la condición de su hijo mayor, quien sufre un diagnóstico mental severo.
"Necesito un trabajo para darle a Máximo mejor calidad de vida"
“Por eso necesito un trabajo. Hice un curso de depilación, vendo pizzas y también hago changas de limpieza, pero nada alcanza”, dice Sabrina con angustia.
Recuerda con tristeza aquel fatídico día de 2020, en plena pandemia. “Fue un segundo. Lo encontramos flotando, inconsciente. Enseguida me dijeron que la falta de oxígeno en la sangre le dejaría secuelas. Era un niño feliz, súper activo”, lo evoca con dolor. Hoy, Máximo no habla ni camina. “Lo extraño”, se sincera.
A pesar de todo, se aferra a la fe. “Es algo que nunca quisiera perder porque gracias a ella estoy de pie. No la estoy pasando bien, es una lucha constante día a día y me siento muy agotada mental y físicamente”, confiesa.
Cómo ayudar
Contacto de Sabrina, mamá de Máximo: 2634 80-8938