Al llegar al Italiano, el paciente se encontraba descompensado
La historia de salud de Rodrigo fue un camino de lucha. A los 10 años, su corazón comenzó a dar señales de falla, pero logró sobrellevarlas. Dos veces fue sometido a ablaciones cardíacas en Buenos Aires y en otra ocasión le colocaron un marcapasos, en Mendoza.
En 2022, le diagnosticaron miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad que engrosa el músculo cardíaco y dificulta el bombeo de sangre. Al llegar al Italiano, ya se encontraba en fase terminal y requirió asistencia circulatoria mecánica mientras esperaba un trasplante.
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Rodrigo dice que, después de haber estado tan cerca de la muerte, valora las pequeñas cosas de la vida.
"Entré totalmente descompensado y recién al tercer día pudieron estabilizarme. Ingresé a una cirugía pre-trasplante y luego solo quedó esperar que se produzca el milagro. Siempre tuve fe en que iba a salir adelante", recordó Rodrigo. Pero su batalla tenía un peso extra: su mamá, Vanesa, había fallecido en 2023 por la misma enfermedad.
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La felicidad del alta médica. Lo despide Sandra, una trabajadora del Hospital Italiano.
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"A mi mamá también le ofrecieron un trasplante, pero no se animó. Tuvo miedo y buscó otras opciones. Ella partió el 7 de marzo de 2023, pero la siento conmigo siempre", confesó.
“Flaco, ¿Estás preparado? Hay un corazón para vos”
La noche del 19 de febrero, un médico se acercó a su cama: "Flaco, ¿Estás preparado? Hay un corazón para vos en Formosa y ya salimos a buscarlo". Rodrigo no recuerda el rostro de quien le dio la noticia, pero sí la sensación de alivio y felicidad que lo invadió. "Me emocioné. No hay palabras para describir lo que sentí", dijo. Horas después, ingresó al quirófano. Hacía mucho frío en la sala. La decisión estaba firme en el alma.
El doctor Claudio Burgos confirmó que Rodrigo llegó en estado crítico, con falla respiratoria y renal. "La obra social Swiss Medical se hizo cargo del vuelo sanitario y el corazón llegó rapidísimo", detalló a Diario UNO. Ocho días después, Rodrigo fue dado de alta con una evolución sorprendente.
"El trasplante cardíaco sigue siendo una de las opciones más efectivas para pacientes en fase terminal. Le devolvió su vida", destacó Burgos.
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Con Adelaida, personal del Italiano. "Todos me dieron fuerza", dijo Rodrigo. A veces la salud es un fenómeno colectivo.
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Hoy Rodrigo enfrenta controles de rutina, pero con un espíritu renovado. "Siento que la vida me dio otra oportunidad. A veces me sorprende sentirme tan bien, hasta creo que soy otra persona. Ahora sé que tengo que disfrutar de las pequeñas cosas", aseguró.
“Mi mamá murió por la misma enfermedad y fue un sacudón”
Hijo de Vanesa y Gabriel, que trabaja en una bodega, Rodrigo tiene dos hermanos, Agustín (20) y Lautaro (17), quienes no presentan la misma enfermedad. La pérdida de su mamá los marcó profundamente. "Fue un sacudón para todos, pero la sentimos cerca. Nunca se fue y de alguna manera me dio fuerzas para sobrellevar todo este proceso", reflexionó.
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Rodrigo y su mamá Vanesa, que falleció en 2023 producto de la misma enfermedad.
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Rodrigo cursa el último año en la Escuela N° 4-109 Ing. “Álvarez Condarco”. Sin embargo, su vocación no está en la técnica, sino en la comunicación: quiere ser periodista deportivo. "Me queda un año todavía, tengo tiempo. Por ahora, solo quiero disfrutar este momento. Cuando uno está en el quirófano se da cuenta de la importancia de la salud", reflexionó.
En su camino, hubo un nombre clave: el doctor Miguel Montenegro. "Fue quien me guió, me llevó de la mano, me aconsejó. También fue médico de mi mamá. Me dijo que lo siguiera, yo cumplí y aquí estoy", dijo emocionado.
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Rodrigo Quiroga, aquí al lado de su mamá y toda su familia, unos años antes del fallecimiento de Vanesa, que tenía la misma dolencia cardíaca pero no se animó al transplante.
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Hoy, Rodrigo es un guerrero que vive intensamente la segunda oportunidad que le regaló un corazón que llegó desde lejos y que ya late con fuerza dentro de él.