El estudio arrojó resultados increíbles: un 9% de la población mundial es estrictamente zurda, mientras que un 18% es más bien ambidiestra. El resto de la población en todo el mundo es diestra. Además, las investigaciones han demostrado que la zurdera es una condición biológica que se desarrolla antes del nacimiento y tiene bases biológicas aún en proceso de ser descubiertas.
Según un informe de la Biblioteca Nacional de Medicina, la preferencia por utilizar la mano derecha o izquierda para realizar todo tipo de tareas, es una tendencia que puede surgir como parte del proceso de desarrollo que diferencia el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro.
El hemisferio derecho del cerebro es el encargado de controlar el movimiento corporal del lado izquierdo, mientras que el hemisferio izquierdo del cerebro controla el movimiento del lado derecho del cuerpo. Las personas suelen tener una preferencia por un lado u otro del cuerpo, de esta manera, quienes utilizan su lado izquierdo para realizar tareas, probablemente tengan un mayor desarrollo del hemisferio derecho del cerebro.
Todo lo contrario sucede con las personas diestras: presentan un mayor desarrollo del hemisferio izquierdo. Esto, además, está influenciado por factores culturales y conductuales externos.
Qué significa que una persona sea zurda y en qué se diferencia de una persona diestra
Según Diego Redolar, subdirector de investigación de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Oberta de Catalunya, existe un importante porcentaje de personas zurdas en las que el lenguaje está lateralizado en ambos hemisferios del cerebro.
Esto es un aspecto muy positivo ya que si una persona zurda con el lenguaje en ambos hemisferios sufre una lesión en uno de ellos, el otro todavía queda.
Además, recientes estudios sobre genética han descubierto que algunos genes pueden contribuir a este rasgo. De esta forma, la genética desempeña un rol muy importante en el desarrollo y futura preferencia motora de las personas.
Finalmente, expertos recomiendan dejar que los niños decidan desde temprana edad con qué mano se sienten más cómodos. Obligar a un niño a escribir y realizar tareas con la mano derecha es luchar contra las preferencias de su cerebro.