Las personas más extrovertidas tienen tendencia a hablar más porque suelen pensar en voz alta. Las personas introvertidas procesan la información y formulan los pensamientos internamente, por eso suelen ser personas que piensan y realizan pausas antes de hablar. Pero, según la psicología, el hábito de hablar en exceso va más allá de la personalidad.
Usualmente las personas que hablan mucho lo hacen de sí mismas y generan incomodidad al interlocutor, produciendo una conversación al estilo monólogo más que una charla. El psicólogo Flavio Calvo explica que la palabra inicialmente es una herramienta de comunicación, pero, en ocasiones el exceso de habla produce el efecto contrario: las personas no logran comunicarse con los demás por hablar demasiado.
La psicología explica que las personas verborragicas en un principio resultan agradables y simpáticas. A medida que la conversación avanza, estas personas suelen tomar el mando del discurso sin dar lugar a otras opiniones. Este flujo alterado de palabras va acompañado de velocidad, pocas pausas y un estado de excitación creciente.
La psicología lo explica: qué hay detrás de las personas que hablan sin parar
Muchas veces las personas que hablan mucho traen consigo una serie de condiciones y hasta un trastorno mental. Sin embargo, Calvo aclara que una persona puede hablar más o menos dependiendo del espacio en que se encuentre y no siempre implica un rasgo problemático. Es un síntoma que demuestra la imposibilidad para establecer comunicación con otros.
En ocasiones, esta conducta puede ser un reflejo de altos niveles de ansiedad. Las personas comienzan a hablar mucho y más rápido de lo habitual debido a los nervios y síntomas de la ansiedad. También puede deberse a un caso de hiperactividad, el trastorno de TDAH puede contribuir a que las personas hablen mucho e interrumpan a los demás.