Historias de vida

Qué hacer frente al más temido de todos los duelos: la pérdida de los hijos

Después de la pérdida de un hijo, las preguntas pasan por cómo seguir adelante. Hay personas que se dedican a ayudar a quienes transitan por este duelo

Los primeros 15 días del año fueron marcados por la tragedia en Mendoza, la más reciente fue la muerte de 4 adolescentes en un accidente de tránsito que no perdonó ninguna vida. Dos de esos chicos eran hermanos y los cuatro, eran compañeros de escuela.

Nadie, nunca, en ninguna circunstancia puede estar preparado para el duelo de perder a los hijos. En este caso se fueron cuatro vidas incipientes, en un suspiro. Lo que queda es un arduo camino. Qué hacer con estas pérdidas. Cómo no ahogarse para siempre en el dolor. Cómo seguir adelante sin un horizonte que nos marque el camino, porque si hay algo que hacen los hijos es convertirse en nuestros principales objetivos. A veces, vivimos sus vidas, sus logros y sus problemas con más intensidad que las nuestras.

Nada garantiza que esto no vaya a suceder, que se pueda volver a empezar. Sin embargo, hay gente que trabaja para acompañar a quienes han tenido que pasar por estas pérdidas y lo hacen desde el respeto, la comprensión y la empatía.

En Mendoza, el Grupo Renacer está integrado por padres y madres que tuvieron que transitar por la pérdida de un hijo, pero también está abierto a hermanos, tíos, abuelos que han pasado por una situación como esta. Existen, además, los equipos religiosos de la Pastoral del Duelo y una psicóloga que se dedica a asesoramiento familiar, todos ellos fueron consultados y contaron cómo se puede resignificar la pérdida y acompañar a quienes lo necesitan.

Renacer, un grupo que busca transformar las pérdidas en ayuda mutua

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Hernán Díaz es uno de los miembros de Renacer Mendoza. Renacer es un grupo de ayuda mutua que fue creado por Alicia y Gustavo Berti, en Río Cuarto, Córdoba, luego de que ambos perdieran a su hijo Nicolás en un accidente de moto. Lo que este matrimonio hizo fue resignificar su dolor, abriéndose a ayudar a otros padres y madres que pasaron por una situación similar a la de ellos.

Díaz comentó que en Renacer el propósito fundamental es transformar ese dolor en amor.

Uno de los objetivos es ese, transformar ese dolor que queda ahí, en amor, buscando distintas herramientas. Muchos padres se refugian en la religión, en tratamientos psicológicos y psiquiátricos, nosotros nos refugiamos en Renacer Uno de los objetivos es ese, transformar ese dolor que queda ahí, en amor, buscando distintas herramientas. Muchos padres se refugian en la religión, en tratamientos psicológicos y psiquiátricos, nosotros nos refugiamos en Renacer

Hernán contó a UNO que todas esas explicaciones que uno busca encontrarle a la muerte de un hijo, en Renacer se canalizan ayudando a otras personas que transitan el mismo camino.

“Inicialmente nos pasa eso, comenzamos una búsqueda desesperada para encontrar respuestas de por qué se fueron nuestros hijos, y queremos darle un sentido. Nos enojamos, con la vida, con Dios, con nosotros mismos. Hubiéramos preferido morirnos nosotros antes que ellos. En muchos casos como en el mío, cuando llegué a esa situación me recibió ese papá que ya lo había pasado y trabajado mucho tiempo el duelo, eso me dio esperanzas y fuerzas para seguir adelante”.

También contó que en Renacer se habla de los hijos que ya no están físicamente. No de cómo ocurrió la muerte, por qué, tal y como él lo describió, la muerte se disfraza de distintas maneras. Algunas veces de accidente, otras de chicos y chicas que tomaron la decisión de morir, otros casos de enfermedades. Lo que ellos hacen es dar a conocer la vida de sus hijos, lo que ellos no quieren olvidar.

Honramos su vida, los catorce años, los diecinueve años, o los dos meses que estuvieron con nosotros, Eso son nuestros hijos, no son el día de la muerte. Hay que encontrar en esa parte lo que nos va a ayudar a salir Honramos su vida, los catorce años, los diecinueve años, o los dos meses que estuvieron con nosotros, Eso son nuestros hijos, no son el día de la muerte. Hay que encontrar en esa parte lo que nos va a ayudar a salir

Las reuniones de Renacer son presenciales y también virtuales, ya que hay grupos en todo el país y en otros países también.

Hernán manifestó que en Renacer no se habla de duelos. “Nosotros sabemos que vamos a pasar por todas esas etapas, pero nuestro hincapié es ayudar al otro”

En este sentido mencionó los dichos de Viktor Frankl (fue un neurólogo, psiquiatra y filósofo austriaco, fundador de la logoterapia y del análisis existencial, sobreviviente del Holocausto) para quien el hecho de ayudar a otros, incentiva salir del propio dolor.

Estando, ayudando, reconociendo al otro, así mejoro yo. Por esto es que Renacer es un grupo de ayuda mutua Estando, ayudando, reconociendo al otro, así mejoro yo. Por esto es que Renacer es un grupo de ayuda mutua

Las reuniones presenciales de Renacer Mendoza se realizan todos los sábados a las 17 en la municipalidad de Godoy Cruz, pero también hay reuniones virtuales.

Las redes sociales para contactarse con la gente de Renacer son https://www.instagram.com/renacermendoza/

https://www.facebook.com/renacer.guaymallen.9

Acompañar en el duelo a los más chicos

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A los más chicos les cuesta comprender el estado irreversible de la muerte, esto puede trabajarse con otros pares que se encuentren pasando una situación similar

A los más chicos les cuesta comprender el estado irreversible de la muerte, esto puede trabajarse con otros pares que se encuentren pasando una situación similar

La psicóloga y asesora familiar Nancy Caballero, ha asistido en situaciones en las que toda una institución debió afrontar la pérdida de alguno de sus alumnos y la intervención no es fácil, primero porque los niños, niñas y adolescentes no están –por lo general- familiarizados con la idea de que la muerte es irreversible. Por lo tanto, es comprensible que no sepan bien cómo afrontar el duelo.

La profesional explicó que cuando los chicos pierden un compañero o compañera de la escuela, desde la psicología se trabaja en dos aspectos claves: uno es la aceptación, el respeto por cómo transitan en dolor las demás personas, y el otro es el valor de la vida.

En las escuelas no se plantea el hecho en sí, sino que se escucha a los chicos, se les pregunta qué necesitan, cómo lo están viviendo, el que quiere hablar, habla y el que no, no dice nada y todo eso se respeta En las escuelas no se plantea el hecho en sí, sino que se escucha a los chicos, se les pregunta qué necesitan, cómo lo están viviendo, el que quiere hablar, habla y el que no, no dice nada y todo eso se respeta

En cuanto al respeto por el duelo de los otros, lo que intentamos es que los chicos acepten que en cada persona esto puede ser diferente. La comprensión que cada uno puede reaccionar cómo le salga, porque todos somos diferentes, quizás un chico que era más cercano puede reaccionar de una manera menos expresiva y otro que no era tan amigo, puede reaccionar con más tristeza o bronca. Lo que se trabaja es que cada chico acepte que es válida la forma en la que los demás viven el duelo.

El otro punto que trabajamos es sobre el valor de la vida, los niños y los adolescentes, aún no tienen internalizada la idea de la muerte como irreversible. El valor de la vida no desde el miedo a morirse, sino a tomar todos los recaudos y cuidados para no poner en riesgo la vida. Esto incluye desde un deporte extremo, hasta el consumo de alguna sustancia que los haga perder la conciencia de que lo que están haciendo es peligroso.

Cómo ayudar a las personas en duelo

La verdad es que tanto las personas consultadas, como el material de profesionales que han escrito y estudiado el tema, hay una coincidencia: nadie sabe exactamente qué hacer frente a las pérdidas, menos si se trata de un hijo.

La psicóloga explicó que si bien existen los pasos lógicos del duelo, también existen todas las preguntas y las angustias que devienen de eso.

Entonces, no hay una respuesta acerca de cuánto dura un duelo, ni de cómo se vive. Nadie lo puede decir, nadie, porque depende muchísimo de la persona, de cómo reaccionan y de las herramientas internas que posee para esto.

Hay personas que frente a un duelo, habiendo sido creyentes toda su vida, lo cual te da un consuelo grande, dejan de serlo porque se enojan, se enojan con el Dios en el que creen porque sienten que no los cuidó, que los traicionó en su fe Hay personas que frente a un duelo, habiendo sido creyentes toda su vida, lo cual te da un consuelo grande, dejan de serlo porque se enojan, se enojan con el Dios en el que creen porque sienten que no los cuidó, que los traicionó en su fe

Al tiempo agregó que por el contrario, personas que siempre han sido agnósticas o ateas, frente a esa situación, lo que hacen es volcarse de alguna manera a la fe. Lo que quiero decir con esto es que nadie sabe cómo puede reaccionar alguien frente a una pérdida de tal magnitud. Lo que sí sabemos es que estos duelos pueden no terminar nunca. Es decir, puede pasar el momento de la angustia, para poder llegar al de la tristeza, una tristeza muy profunda.

La diferencia está que la angustia te paraliza y la tristeza te permite intentar empezar a hacer algunas cosas o a retomar algo de tu vida La diferencia está que la angustia te paraliza y la tristeza te permite intentar empezar a hacer algunas cosas o a retomar algo de tu vida

Pero la realidad es que no se puede, no se puede decir, uno lo puede más o menos calcular según la persona, si ha sido su padre, su madre, su compañero de vida, pero no así cuando es un hijo.

Las preocupaciones de los padres de chicos adolescentes seguramente han pasado por carriles tan diferentes a lo que están viviendo ahora, como acompañarlos en el paso del secundario a la universidad, la expectativa por su crecimiento. Es imposible determinar cómo transitar este camino.

La profesional destacó la importancia del acompañamiento. “Lo único que uno puede ofrecerles a esas personas, lo único en este momento, es un abrazo,y cuando hablo de abrazos hablo de abrazos físicos, pero también el abrazo espiritual, que es respetar sus tiempos, sus necesidades. Algunos de ellos tal vez van a necesitar estar muy rodeados de gente todo el tiempo, que los sostengan, y otras personas quizás necesitan estar solamente con alguien en particular, con su pareja o con otro hijo, y otros sencillamente necesitan estar solos. Esto por el tiempo que necesiten ellos, pero en algún momento tienen que empezar a retomar la vida, por duro que esto sea”.

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Según explicó la terapeuta, a veces, lo único que se puede hacer por las personas que transitan por situaciones de este tipo, es acompañar, sin invadir el dolor.

Según explicó la terapeuta, a veces, lo único que se puede hacer por las personas que transitan por situaciones de este tipo, es acompañar, sin invadir el dolor.

La pregunta de cómo va a ser esa vida, tampoco se puede responder. Lo más oportuno sería pedir ayuda profesional, o de personas que sostengan la pena por el tiempo en que esta sea difícil de sobrellevar en soledad. Pero es probable que por un tiempo largo, nada de esto sirva. Acompañarlos y respetarlos es la base, lo fundamental para los que están cerca.

“A veces uno tiende a las frases hechas, porque no sabe qué decir, pero esas personas lo que necesitan no son frases. No es una obligación ser feliz ni tener fuerzas en estos momentos. Las personas que pasan por este tipo de situaciones límite, tienen que estar como quieren estar”, puntualizó.

Por otro lado, la profesional de la Salud Mental explicó que en estas circunstancias, hasta las cosas más elementales y hasta las más mecánicas se pueden convertir en tan difíciles y complicadas como subir el Aconcagua: desde levantarse de la cama, hasta tomarse una taza de café, vestirse o bañarse.

Daniel Goleman, psicólogo, periodista y escritor estadounidense, autor del libro Inteligencia Emocional, argumentó que a veces la tristeza es terapéutica, porque te obliga a frenar y a pensar en lo que pasó.El problema es cuando lo que se extiende demasiado en el tiempo es la angustia paralizante. Allí quizás es necesario ayudar a estas personas a poder sobrellevar el día a día, tener algunas situaciones de normalidad muy entre comillas.

“Yo particularmente como profesional, siempre cuando llega una persona, pareja o familia después de un suceso de estas características –gente que está pasando por un duelo- lo que hago es pedirles que esperen un tiempo, unos días, que se den un tiempo para llorar, para quedarse acostados, para comer o no comer, unos días, y después recién podemos empezar a trabajar, pero la realidad es que cualquier gesto que ellos hagan, por mínimo que sea, yo estoy hablando tal vez de levantarse de la cama o lavarse la cara, o tomar una taza de café con leche, puede resultar un esfuerzo casi sobrehumano", recalcó Caballero e insistió, "hay que acompañarlos, intentar que no caigan más de lo que ya han caído y sólo eso, respetar y respetar el derecho al dolor del otro, más en el caso de un padre o madre que hay perdido a un hijo”.

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