La adolescencia, una etapa de la vida en la que comenzamos a buscar nuestra propia identidad, es fundamental para la formación de la personalidad. En este proceso, los adolescentes experimentan una reconfiguración de su identidad. Según la psicología, este período de transición es clave para el desarrollo de una personalidad estable y auténtica.

El pasado 13 de marzo se estrenó en Netflix una miniserie de 4 capítulos llamada "Adolescencia". La trama revolucionó la narrativa televisiva al contar la historia de una familia cuya vida se desmorona tras el arresto de su hijo de 13 años, acusado del asesinato de una compañera de escuela.

Desde el punto de vista de la psicología, no solo nos centramos en los hechos en sí, sino, en las presiones sociales, digitales y emocionales que enfrentan los jóvenes hoy en día, lo cual forma inconscientemente su personalidad.

La búsqueda de la identidad

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Fuente CANVA

Fuente CANVA

Uno de los conceptos más importantes que aborda la psicología en relación con el desarrollo de la personalidad en la adolescencia es la búsqueda de la identidad o personalidad, propuesta por Erik Erikson, uno de los teóricos más influyentes en este campo.

Según Erikson, la adolescencia es una etapa crítica en la que los jóvenes enfrentan el desafío de integrar diferentes aspectos de su vida, como sus valores, creencias, intereses y aspiraciones. Es durante este proceso cuando se forman las bases de su identidad personal.

El concepto de "crisis de identidad" es central en esta teoría. Los adolescentes pueden experimentar confusión e incertidumbre acerca de quiénes son y qué quieren para el futuro. Esta crisis, aunque puede ser angustiante, es también una oportunidad para explorar diferentes roles y experiencias, permitiendo la consolidación de una personalidad única y coherente.

La influencia del entorno social y familiar en los adolescentes

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Escena de la miniserie

Escena de la miniserie "Adolescencia". Fuente: VOGUE MEXICO

El entorno social juega un papel fundamental en la construcción de la personalidad en la adolescencia. Los adolescentes buscan pertenecer a grupos, explorar sus intereses y afirmar su independencia. Las relaciones con amigos, compañeros de escuela y, en especial, con los padres, tienen un impacto significativo en cómo los adolescentes desarrollan su sentido del yo.

La psicología resalta la importancia de una relación familiar equilibrada, en la que los padres brinden apoyo emocional y espacio para la autonomía. El estilo de crianza también es determinante: un estilo autoritario, permisivo o negligente puede influir negativamente en la autoestima y en la capacidad del adolescente para manejar la incertidumbre emocional. Por otro lado, un estilo democrático y afectivo fomenta la autoaceptación y la confianza, un hecho que se ve mucho en la serie con el niño protagonista.

El papel de la emoción y el autocontrol

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La adolescencia está marcada por una intensificación de las emociones, lo que puede dar lugar a momentos de gran enojo, frustración y tristeza. La regulación emocional es un aspecto clave en el desarrollo de la personalidad. Los adolescentes aprenden gradualmente a manejar sus impulsos, a tomar decisiones y a enfrentar las consecuencias de sus actos. La psicología sugiere que el autocontrol es crucial para la formación de una personalidad madura y equilibrada.

A medida que los adolescentes maduran, desarrollan una mayor capacidad de introspección y reflexión, lo que les permite entender sus emociones y reacciones, y modificar comportamientos impulsivos. Este proceso de autorregulación contribuye a la creación de una personalidad más estable y adaptativa.

Además, en la actualidad, los adolescentes están expuestos a una amplia gama de estímulos a través de los medios de comunicación, las redes sociales y la cultura popular.

Estos factores tienen una fuerte influencia en su percepción de sí mismos y de los demás. La psicología reconoce que, si bien los medios pueden ofrecer modelos positivos de identidad, también pueden contribuir a la presión social y a la creación de expectativas poco realistas sobre la imagen corporal, el éxito o las relaciones interpersonales.

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