No existe una regla fija que establezca cuando debes cambiar el colchón de tu cama, pero sí existen una serie de señales para identificar este momento. La sugerencia de los expertos, según lo explicado en el sitio Cannon Home, es hacerlo cada seis u ocho años o, como máximo, 10 años.
No hay un tiempo específico para cambiar el colchón de tu cama, pero sí señales para darte cuenta
Cambiar el colchón de tu cama no es una simple acción, ya que puede darte beneficios tales como una mejora en la calidad del sueño, aliviar los dolores de espalda y cuello, reducir el estrés, y mejorar la circulación y alineación de la columna vertebral.
Señales que indican que debes cambiar tu colchón
Los expertos del mencionado sitio aseguran que debes examinar tu colchón una o dos veces al año, permitiendo detectar cualquier señal de desgaste a tiempo. Sin más rodeos, los indicios en cuestión son los siguientes:
- Te despiertas con dolores de espalda o cuello: puede ser porque tu colchón ya alcanzó su vida útil o porque tus necesidades cambiaron
- Te levantas cansado: significa que tu colchón no está cumpliendo con la función de darte el descanso adecuado.
- El colchón está suelto, deformado o hundido: el hundimiento es inevitable porque las capas de espuma pierden su forma y los resortes se debilitan.
- Te mueves mucho para dormir cómodo: un colchón que ya cumplió su vida útil puede interrumpir tu sueño, impidiéndote descansar profundamente.
- Te despiertas por los movimientos de tu pareja.
- Tienes alergias: despertar con ojos llorosos, secreción nasal y dolor de cabeza pueden ser indicios.
- El colchón está arrugado o parece que falta o sobra alguna parte de la funda.
Qué tipo de colchón es recomendable para dormir
A la hora de elegir el colchón de tu cama, debes tener en cuenta que las personas con mayor complexión necesitarán un colchón más firme en el cual dormir, mientras que las de menor complexión podrán descansar en uno más blando.
Las personas que se mueven mucho deben optar por colchones más duros, ya que estos facilitan el movimiento y evitan realizar malos movimientos, ocurriendo lo contrario al revés. Por último, las personas más mayores deben optar por colchones con menor firmeza. Los más jóvenes, por colchones con mayor firmeza.