Sencillo y eficaz

Pocos lo hacen: el hábito que eliminará el mal olor de tu heladera para siempre

Además de eliminar el mal olor de tu heladera, este sencillo hábito cuenta con otro tipo de beneficios. ¿De qué se trata?

Un sencillo hábito desconocido por muchas personas puede prevenir y evitar a uno de los problemas más comunes en tu heladera, como la aparición de los malos olores. Generalmente, esto ocurre por la descomposición de alimentos, la humedad o a la acumulación de bacterias y moho.

Con este truco, tu heladera se mantendrá en las mejores condiciones, y podrás estirar la vida útil del electrodoméstico. Solo debes usar un producto que usas cotidianamente en el hogar.

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Pocos lo hacen: el hábito que eliminará el mal olor de tu heladera para siempre

Pocos lo hacen: el hábito que eliminará el mal olor de tu heladera para siempre

Papel higiénico en la heladera: un hábito con múltiples beneficios

El papel higiénico es un material que está elaborado principalmente con celulosa, un compuesto natural que tiene una gran capacidad de absorción.

De esta manera, uno de sus beneficios podrá verse en tu heladera, si tomas el hábito de colocarlo y reemplazarlo cada tres o cuatro semanas.

Además de prevenir los malos olores, el papel higiénico en tu heladera puede absorber la humedad, evitando la proliferación de moho y la formación de bacterias.

Por otro lado, los alimentos de tu heladera se conservarán mejor producto de la función ya mencionada, evitando charcos de agua y reduciendo la necesidad de limpiar constantemente.

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Pocos lo hacen: el hábito que eliminará el mal olor de tu heladera para siempre

Pocos lo hacen: el hábito que eliminará el mal olor de tu heladera para siempre

El papel higiénico debe ser colocado en un estante de la heladera, preferiblemente en una zona que no estorbe al guardar alimentos. Como se dijo, debe ser reemplazado por otro una vez que esté colapsado de humedad.

Problemas más comunes en una heladera

Los problemas más comunes con respecto a una heladera suelen ser los siguientes, y muchos de ellos pueden resolverse sin la necesidad de llamar a un especialista:

  • No enfría: compresor averiado, una fuga de gas o un ventilador obstruido.
  • Acumulación de hielo: mal uso del termostato o a una fuga de gas.
  • Fugas de agua: puede deberse a varias causas.
  • Ruidos extraños: piezas sueltas, componentes desgastados o problemas internos de funcionamiento.
  • Juntas defectuosas: forzar las juntas al abrir directamente desde la puerta.
  • Problemas con el dispensador de agua o hielo: puede ser frustrante si no funciona correctamente.
  • El refrigerador no cierra correctamente: juntas defectuosas.
  • El refrigerador se calienta por fuera: cercanía de fuentes potenciales de calor.
  • Olores desagradables dentro del refrigerador: falta de limpieza.