El debate entre funcionalidad y carácter
Los nuevos trenes, cuya entrega comenzará en 2027, representan una mejora significativa en términos de tecnología y eficiencia en Nueva York. Sin embargo, muchos usuarios lamentan la pérdida de elementos que hacían única la experiencia de viajar en estos vagones clásicos, la iluminación más tenue, las vistas desde las ventanas que convertían un viaje rutinario en algo más especial, y la ausencia de las invasivas publicidades digitales que ahora proliferan en el sistema.
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Estos asientos cambian la estética del metro.
El diseño de los vagones antiguos reflejaba una filosofía diferente sobre el transporte público. La disposición de los asientos en "L", conocida como "asientos conversacionales", fue imaginada para facilitar la interacción entre pasajeros, aunque algunos usuarios más altos siempre la consideraron incómoda. Lo más relevante es que estos vagones surgieron durante una época de temor generalizado al crimen y declive cívico, y la respuesta entonces fue hacer el transporte más humano y acogedor.
En contraste, la respuesta actual a preocupaciones similares sobre seguridad ha sido instalar luces más brillantes, retirar bancos y aumentar la presencia policial. Para muchos, la pérdida de estos asientos naranja representa algo más que un cambio de mobiliario, simboliza el fin de una era donde el diseño del transporte público priorizaba la hospitalidad sobre la eficiencia.