No son las drogas ni el azúcar cuál es la principal causa de muerte del mundo (1).jpg
Existen varios factores que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, muchos de los cuales están relacionados con hábitos de vida poco saludables. Entre los principales factores de riesgo se encuentran:
- Hipertensión arterial: La presión arterial elevada es uno de los principales culpables, ya que ejerce presión sobre el corazón y las arterias, lo que puede dañar los vasos sanguíneos con el tiempo.
- Dieta poco saludable: El consumo excesivo de grasas saturadas, azúcares y sal favorece la formación de placas de grasa en las arterias, lo que puede resultar en aterosclerosis, una condición que aumenta el riesgo de infarto.
- Falta de actividad física: El sedentarismo contribuye al sobrepeso y a otros problemas de salud que incrementan la probabilidad de desarrollar enfermedades del corazón.
- Tabaquismo: Fumar no solo daña los pulmones, sino también los vasos sanguíneos, al aumentar el riesgo de coágulos y placas en las arterias.
- Estrés y problemas emocionales: La ansiedad y el estrés prolongados también juegan un papel en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, ya que contribuyen a la presión arterial alta y otros desórdenes de salud.
Prevención y tratamiento
No son las drogas ni el azúcar cuál es la principal causa de muerte del mundo (2).jpg
Aunque las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte, hay buenas noticias. Muchos de los factores de riesgo son prevenibles o tratables. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, controlar la presión arterial y evitar el consumo de tabaco son pasos esenciales para reducir la probabilidad de sufrir problemas cardíacos.
El acceso a tratamientos médicos también ha mejorado, lo que permite que más personas sobrevivan a un infarto o a un ACV. También está más interiorizado en la sociedad las señales de alerta para "detectarlo o prevenirlo".
Sin embargo, los expertos insisten en la importancia de la prevención. Las campañas de concientización sobre los riesgos de las enfermedades cardiovasculares y la promoción de hábitos saludables son fundamentales para reducir la mortalidad en todo el mundo.