El medio citado indica que el desayuno de la diseñadora está marcado por la fuerte presencia de proteína, fibra y grasas saludables. Si hablamos de alimentos, consume yogur griego sin azúcar, frutas frescas como fresas y arándanos, granola tostada, nueces y hasta huevos revueltos.
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Esta es la dieta de Carolina Herrera.
La colación antes del almuerzo es un puñado de almendras, un superalimento rico en grasas saludables y proteínas.
El almuerzo de Carolina Herrera está compuesto por ensalada verde con tomate, pepino, aguacate y una fuente de proteína magra, como pollo a la plancha o salmón. El aderezo es el aceite de oliva virgen extra, acompañado de vinagre balsámico.
Contrariamente a lo que todos hacen, la dieta de la empresaria continúa con un batido détox, algo que generalmente se consume en la mañana pero que la octogenaria prefiere consumir por la tarde. Su batido preferido está elaborado con espinacas, piña, pepino y jengibre.
La espinaca aporta hierro y antioxidantes, la piña facilita la digestión con bromelina, el pepino hidrata y depura, mientras que el jengibre acelera el metabolismo y refuerza el sistema inmune, obteniendo así un resultado repleto de nutrientes y beneficios.
Carolina Herrera volverá a instalar un local en Buenos Aires. Será este año.
La alimentación es clave en Carolina Herrera.
Para concluir su agobiante jornada, Carolina Herrera prefiere una cena ligera y llena de nutrientes. Su menú favorito es un filete de salmón a la plancha con espárragos al vapor y quinoa. El salmón es rico en ácidos grasos omega-3 y omega-6, además de tener un alto contenido en colágeno, permitiendo así reducir signos de vejez.
Finalizando el día, Carolina Herrera no se va a la cama sin la “frutilla del postre” de su dieta diaria. Aunque no es una fruta ni ningún postre, la empresaria lo disfruta igual. Antes de dormir, la venezolana bebe una taza de té sin cafeína, algo que ayuda a relajarla y calmar el sistema nervioso.