La limpieza de tanto de las sabanas como de la almohada es esencial para descansar placidamente y evitar que las bacterias se aculen día tras día. Este eficaz y sencillo truco promete dejarla impecables y sin manchas con un solo ingrediente superpoderoso.
La limpieza frecuente de la almohada es importante, no solo por una cuestión estética, sino que es necesario para mantener la higiene y evitar problemas. Esto se debe a que la suciedad que se acumula en las almohadas puede causar alergias, problemas respiratorios, irritaciones en la piel y en el cabello. Te contamos sobre este sencillo truco para decirle adiós a las manchas amarillas de la almohada
Ni agua oxigenada ni bicarbonato: el truco de un ingrediente para blanquear la almohada
El truco para decirle adiós a las manchas amarillas en la almohada lo explicaba a la perfección la instagramer y experta en limpieza @la_ordenatriz. Se trata de un truco que podrás aplicar también a cualquier mancha amarilla que haya podido aparecer en cualquier otra prenda que hayas tenido guardada durante mucho tiempo.
Paso a paso de truco
Este truco cuenta con el beneficio de ser cómodo y sin tener que frotar. Además, se puede realizar con varias almohadas a la vez. Para ello basta con:
- Sumergir las almohadas en agua caliente con jabón de lavadora durante un tiempo para quitar la grasa
- Vaciar la bañera y volver a llenar con agua muy caliente
- Cubrir la zona amarillenta cuatro horas con percarbonato de sodio
Una vez hecho esto, verás como poco a poco las manchas amarillas de la almohada desaparecen. En caso de no contar con una bañera, también se puede realizar el mismo procedimiento en la lavadora, pero pausándola para que se cumplan los tiempos.
¿Por qué este truco es eficaz?
Este truco es eficaz, ya que mientras que la reacción del agua con el jabón de lavadora es sumamente ayuda a ablandar la grasa de la almohada, el percarbonato de sodio tiene la capacidad de disolver manchas difíciles como café, vino tinto, sangre o té negro, por ello se utiliza para productos quitamanchas que se aplican directamente en la tela y únicamente se frota con un cepillo, o bien, pueden dejarse en remojo por unas horas y posteriormente meterse a la lavadora.