Debes tener en cuenta que la flor de nácar puede ser sensible a la superpoblación, y por lo tanto es importante asegurar un espacio adecuado entre las plantas previene enfermedades fúngicas. Es por ello que deberás tener tu planta en una maceta o espacio del jardín donde pueda crecer libremente y sin sentirse apretada o encerrada.
Por otro lado, en cuanto al riego de la planta nácar, la misma necesita un ambiente húmedo. El riego debe seguir una rutina de una vez por semana para mantener la humedad ideal del suelo. Por ejemplo, puedes colocar tu planta nácar en el baño.
La iluminación de tu planta nácar debe ser parcial, suave en la mañana y rayos filtrados por la tarde. Sin embargo, debes tener en cuenta que la exposición excesiva al Sol puede obstaculizar el crecimiento y provocar quemaduras en las hojas, especialmente en climas cálidos.
No coloques tu planta nácar en un lugar con mucha sombra, ya que comprometería su floración. Idealmente, los flor de nácar de interior deben colocarse en una habitación bien iluminada sin sol directo, mientras que en exteriores prosperan en camas con luz solar filtrada.
En cuanto a la temperatura, la flor de nácar puede soportar temperaturas desde 5 hasta los 43. Su amplio rango indica su adaptabilidad a diferentes climas, aunque muestra sensibilidad a los extremos. Durante el invierno, se recomienda aumentar los cuidados, ya que una ola de frío puede causar amarillamiento en las hojas. Por otro lado, el calor excesivo en verano puede causar hojas quemadas y crecimiento atrofiado.