Según explicó el líder de la investigación, Mario Gamarra, lo que se encontró fue un ejemplar macho de tres metros de largo, aunque se sabe que sus similares podrían alcanzar los nueve metros.
La extracción del fósil requirió un meticuloso trabajo de casi 80 horas por parte de los científicos, todo esto, debido a la extrema dureza de la arenisca donde se encontraba.
En sus características, este animal contaba con un hocico alargado que le permitía capturar con facilidad a sus presas, que preferentemente eran peces.
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La característica distintiva de este descubrimiento radica en la nueva comprensión acerca de como crecían estas criaturas, aportando pistas también sobre como fueron dominando su entorno.
La importancia arqueológica del desierto de Ocucaje
Sin dejar de lado el descubrimiento de este prehistórico cocodrilo, hay que decir que el desierto de Ocucaje es un sitio de gran valor arqueológico.
Este desierto ubicado en Ica, a 350 kilómetros al sur de Lima, esconde fósiles de ballenas primigenias, tiburones gigantes y delfines ancestrales, además del mencionado.
Con cada nueva excavación, el desierto de Ocucaje demuestra que el Perú no solo es cuna de civilizaciones antiguas, sino también de criaturas que una vez dominaron la Tierra.