Truco casero de cocina

Mi truco casero para multiplicar el queso: cómo obtener un kilo con tan solo 200 gramos

Mi truco casero promete hacer que el queso rinda por cinco con solo 3 ingredientes. Es ideal para tener al alcance de la mano y sin gastar ni un centavo de más

Probando recetas para ahorrar dinero y maximizar los alimentos, comprobé este ingenioso truco casero que no solo es fácil de llevar a cabo, sino que también es ideal para quienes buscan maximizar su presupuesto en la cocina. La clave de esta receta está en combinar el queso con ingredientes que no alteran su sabor, pero que sí incrementan su volumen.

Mi truco casero para multiplicar el queso con tan solo 200 gramos y 3 ingredientes

El truco casero se trata de un proceso casero que hace uso de ingredientes comunes, pero efectivos. Consiste en "alargar" el queso con ingredientes que lo complementen, sin alterar su sabor ni su textura, y que resulten en una mayor cantidad.

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El procedimiento básico se compone de tres pasos fundamentales: el uso de leche, gelatina y el cuajo. Al combinar estos elementos con los 200 gramos iniciales de queso, se consigue un proceso de emulsificación que permite obtener una masa más grande, manteniendo el sabor y la consistencia de lo que se podría esperar de un queso más costoso y denso. Aquí el paso a paso para obtener un kilo de queso con 200 gramos.

Ingredientes para hacer un kilo de queso casero:

  • 200 gramos de queso de su elección (idealmente un queso semiduro como el parmesano o la mozzarella).
  • 1 litro de leche.
  • 2 cucharaditas de gelatina en polvo o maicena si prefiere.
  • 1 cucharadita de cuajo (puede ser de origen vegetal si se prefiere una opción sin productos animales).
  • Sal a gusto

Cómo hacer un kilo de queso: casero, rico y re barato

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  1. Calienta la leche en una olla a fuego medio, pero sin llegar a hervir. Es importante que la leche esté caliente, pero no hirviendo, para que la gelatina se disuelva correctamente.
  2. Mientras tanto, disuelve la gelatina en un poco de agua tibia.
  3. Añade los 200 gramos de queso a la leche caliente y revuelve hasta que se derrita completamente. Este paso puede tardar unos minutos, dependiendo del tipo de queso utilizado.
  4. Una vez que el queso esté completamente derretido, agrega la gelatina disuelta y el cuajo. Remueve bien la mezcla hasta que todo esté homogéneo.
  5. Cocina la mezcla a fuego bajo durante unos 10 minutos, removiendo constantemente para evitar que se pegue o se queme.

Una vez lista la mezcla, retírela del fuego y déjela reposar a temperatura ambiente durante unas horas para que tome consistencia. Coloca la mezcla en un molde para darle la forma deseada y refrigérala durante 24 horas.

El truco no solo ofrece una opción económica para aquellos que no pueden costear grandes cantidades de queso, sino que también es una excelente solución en situaciones donde la disponibilidad de queso es limitada o costosa.

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