Si vives lejos del mar y del hábitat de donde se extraen los pescados consumirlo fresco se torna muy difícil, es por eso que ante esto la mejor opción es evaluar las alternativas congeladas. Sin embargo, hay costumbres que debemos evitar aplicando los siguientes trucos caseros para que tus comidas queden exquisitas.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que las personas deben consumir pescado, al menos, dos veces por semana. Esto equivale a unos 300 - 400 gramos semanales por persona. Aporta proteínas de alta calidad necesarias para el mantenimiento y reparación de los tejidos del cuerpo, teniendo en cuenta su valor nutricional. Además de aportar ácidos grasos omega-3 que son escenciales para la salud cardiovascular y la reducción de la inflamación.

El pescado congelado puede ser tan rico como el fresco

Si analizamos y comparamos ambas propuestas, el pescado fresco siempre será la mejor opción. Pero si por diferentes opciones no se puede consumir en ese estado la posibilidad de conseguirlo congelado puede proporcionarte la oportunidad de difrutarlo sin grandes diferencias.

Es que con la congelación rápida en alta mar se logra preservar el contenido en proteínas, ácidos grasos y minerales, teniendo en cuenta que la pérdida de nutrientes por el frío es mínima. Al poder congelarse, facilita el ahorro al lograr comprar en mayor cantidad con la posibilidad de consumirlo en baja temporada.

Si no se descongela correctamente puede quedar ligeramente más seco o con menos intensidad de sabor; los trucos caseros que leerás a continuación lograrán que el sabor persista.

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Los trucos caseros colaborarán a que la preparación quede tan rica como un pescado fresco.

Los trucos caseros colaborarán a que la preparación quede tan rica como un pescado fresco.

Los trucos caseros para descongelar un pescado exquisito

En primer lugar, al momento de congelarlo, debemos prestar atención en almacenarlo con las condiciones adecuadas. Es así que debe envolverse con un material resistente que evite tanto la formación de hielo como las quemaduras por frío.

Cuando llega el momento de su consumo, para evitar cambios bruscos de temperatura se recomienda descongelarlo lentamente en la heladera, para ello se debe dejar en un recipiente donde el agua pueda escurrirse, así que el agua descongelada no afectará su textura. Además, no descongelarlo a temperatura ambiente ayudará a mantener su calidad.

Un truco eficaz para potenciar su sabor y jugosidad es marinarlo antes de cocinarlo. De esta manera, unos 30 minutos antes de ponerlo al fuego, es necesario agregarle una mezcla de aceite de oliva, zumo de limón, sal, ajo y perejil. Siempre hay que tener en cuenta que no hay que sobrecocinarlo, para ello se puede utilizar técnicas que retengan la humedad y mantenga su textura tierna, como taparlo para que no se escape el vapor.

Una alternativa eficaz es sumergir el pescado congelado en leche tras la descongelación. Antes de cocinarlo se debe secar bien y sazonar a gusto. La leche también puede utilizarse durante la cocción de pescados blancos como bacalao, merluza o lubina. Para ello se debe hervir en leche y luego se puede utilizar para preparar una salsa cremosa.

Siguiendo los trucos caseros podrás disfrutar de un hermoso pescado congelado, tan delicioso como si recién hubiera sido extraído del mar. Recomiendo leer el siguiente artículo para aprender a prepararlo quitandole la piel sin dañar la carne.

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