Aceites vegetales refinados: Un peligro oculto
Los aceites como el de soya, maíz y canola, ampliamente utilizados en los alimentos a la hora de cocinar, pasan por procesos químicos intensos que destruyen sus nutrientes. Estos aceites son ricos en grasas trans y ácidos grasos omega-6, los cuales, en exceso, generan inflamación en el cuerpo y están asociados con enfermedades como artritis, problemas cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Sustituirlos por grasas saludables, como el aceite de oliva extra virgen o el de coco, es una decisión sabia para proteger el organismo.
Sal de mesa: Más que un simple condimento
Los tres alimentos que jamás deberíamos comer, según un experto en salud.jpg
La sal refinada, presente en la mayoría de los hogares, no es más que cloruro de sodio altamente procesado. Durante su refinamiento, se eliminan minerales esenciales y se agregan productos químicos como agentes blanqueadores. Consumir tus alimentos con excesiva sal puede elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Optar por alternativas como la sal marina sin refinar o la sal del Himalaya aporta minerales beneficiosos sin los efectos nocivos.
¿Por qué evitar estos alimentos?
Estos alimentos tienen algo en común: son altamente procesados, carecen de valor nutricional y contribuyen al deterioro de la salud. Eliminarlos o reducir su ingesta puede mejorar significativamente el bienestar general.