Los peligros del alcohol: cuáles son los principales y cómo estar atento
Algunos de los riesgos más comunes asociados con el alcohol en épocas festivas incluyen los siguientes:
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Exceso de consumo: En muchas celebraciones, el alcohol se consume en grandes cantidades, lo que puede llevar a la intoxicación alcohólica. Esto puede causar vómitos, deshidratación, pérdida de conciencia, y en casos graves, insuficiencia respiratoria o incluso la muerte.
Accidentes y lesiones: El alcohol disminuye las capacidades motoras y de juicio, aumentando el riesgo de caídas, accidentes de tráfico, quemaduras y otras lesiones. Las personas bajo la influencia del alcohol pueden tener dificultad para reaccionar a tiempo ante peligros o tomar decisiones inseguras, como conducir borracho.
Comportamientos de riesgo: Bajo los efectos del alcohol, las personas pueden tomar decisiones impulsivas que no tomarían normalmente. Esto incluye conductas como peleas, relaciones sexuales sin protección, o incluso la violencia doméstica, que son más comunes durante eventos sociales con consumo de alcohol.
Deshidratación: El alcohol es un diurético, lo que significa que aumenta la producción de orina, llevando a la deshidratación. En un entorno festivo, donde se consumen comidas saladas y se realiza actividad física, la deshidratación puede empeorar y afectar la salud de la persona.
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Resaca y malestar físico: Después de una noche de excesivo consumo, la resaca es común. Los síntomas incluyen dolor de cabeza, náuseas, fatiga y malestar general. Esto puede afectar el bienestar durante los días siguientes a las festividades, reduciendo la productividad y la calidad de vida.
Problemas emocionales: El alcohol también puede afectar el estado emocional, intensificando sentimientos de tristeza, ansiedad o agresividad. Durante las fiestas, el estrés o la presión social para beber pueden aumentar, y esto puede desencadenar problemas emocionales o relaciones conflictivas.
Personas con problemas de salud deben tener mayor cuidado: Aquellos que sufren de enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión, problemas hepáticos o trastornos psiquiátricos, pueden experimentar complicaciones graves por el consumo de alcohol, especialmente cuando no se tiene control sobre la cantidad o frecuencia.
Desinhibición y pérdida de control: El alcohol afecta el juicio y la toma de decisiones, lo que puede llevar a la desinhibición. Esto incrementa las probabilidades de involucrarse en actividades que no se harían en un estado sobrio, desde discusiones hasta comportamientos peligrosos o vergonzosos.
Interacciones con medicamentos: Durante las festividades, algunas personas también pueden estar tomando medicamentos. El alcohol puede interferir con muchos fármacos, alterando su efectividad o incluso generando efectos secundarios peligrosos, como somnolencia excesiva, problemas respiratorios o hemorragias internas.
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Aumento del riesgo de dependencia: Las celebraciones y el ambiente social pueden normalizar el consumo frecuente y en exceso de alcohol. Esto puede llevar a una mayor dependencia emocional o física, lo que, con el tiempo, se convierte en un problema de salud más serio.
Cabe destacar que el alcohol no afecta de igual manera a todas las personas. Adolescentes y personas sensibles en torno a un área particular pueden experimentar un mayor riesgo de descontrol, ya que pueden usar al alcohol como vía de escape frente a problemas de índole emocional.
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Recuerda que el diálogo en torno a estas áreas puede simplificar su tratamiento. Procura no beber en exceso en estas fechas, y si lo haces, que sea rodeado de personas con las que te sientas cómodo.