Los 25 empleados que se quedaron sin trabajo tras el cierre de la fábrica de productos de copetín Gonzalo están intentando salir adelante. Con esta premisa, se reunieron y, abogado mediante, decidieron armar una cooperativa y poner la fábrica a trabajar. Sin embargo, en el camino, se encontraron con muchas dificultades.
Los empleados de la fábrica de productos de copetín Gonzalo recibieron la sorpresa de otros pares de una empresa cercana: les donaron este viernes 25 cajas navideñas.
Diario UNO dialogó con Walter Manrique, quien hasta hace dos semanas fue repartidor de los productos que fabricaba la firma Gonzalo y actualmente, lucha por recuperar una fuente de trabajo para él y su familia.
El 1 de diciembre, los representantes de la empresa, a través de un audio de WhatsApp, les comunicaron que se iban a declarar en quiebra y que cerrarían las puertas del local ubicado en Dorrego, Guaymallén.
La firma fue fundada en 1952 por el inmigrante español Gonzalo García y ya contaba con una trayectoria de tres generaciones en el rubro. Su creador falleció en 2010 y sus hijos y nietos continuaron con el legado familiar hasta este diciembre cuando anunciaron la mala noticia a sus trabajadores, algunos con más de 30 años de antigüedad.
Las dificultades de los trabajadores para armar una cooperativa
Walter Manrique contó que hace algunos días, cuando con sus compañeros se dieron cuenta que nadie iba a responder a sus reclamos, decidieron reunirse y estudiar la posibilidad de abrir la fábrica entre ellos y hacerla funcionar, a modo de cooperativa de trabajo.
Pero según destacó, se les presentaron dos problemas. En primer lugar, que el inmueble donde funcionaba la fábrica de papas fritas -que representaba el fuerte de los productos que se fabricaban en Gonzalo- no se encuentra dentro de la SRL de la firma. Es decir que no lo pueden utilizar.
Podrían habilitar solo un sector pero, según evaluó, en este espacio no se puede producir el producto estrella de la compañía.
El segundo inconveniente es que durante todos estos días en los que la firma ha permanecido cerrada, los extrabajadores no saben si se han llevado maquinarias y otros elementos como para poder poner en marcha el lugar.
Walter también agregó que quienes quieran colaborar con los trabajadores despedidos, pueden hacerlo a través de esta cuenta
Walter tiene a su esposa con tratamiento contra el cáncer
Además, deben luchar contra su propia desazón: el fin de año, la proximidad de las fiestas, la desesperación por no cobrar el último salario para llevar el sustento a sus hogares y el cobro de las indemnizaciones.
En el caso de Walter está a cargo de la mantención de sus dos hijas y de su pequeña nieta. Además, su esposa se está realizando un tratamiento de quimioterapia ya que padece cáncer de mama y a partir de enero se quedarán sin la obra social de Empleados de Comercio, que es la que actualmente le cubre la medicación.
Sin embargo, la de Walter es una de las historias que cuentan los 25 trabajadores que hace 15 días ocupan la calle Berutti, de Guaymallén, esperando que alguien les responda.
Hay personas que llevaban más de 30 años en la empresa, compañeros con niños en edad escolar, otros con padres ancianos a cargo. El panorama es, sin dudas, desolador.
No hay respuestas, ni por parte del dueño de la empresa, como tampoco -según explicó- han recibido apoyo del sindicato de La Alimentación ni de la CGT. Pero tampoco del Municipio de Guaymallén, ni de la provincia y son más de 120 mendocinos -tanto los trabajadores como sus familias- que no tienen en la actualidad, un sustento para su vida.
Acciones de protesta de los empleados para visibilizar la problemática
A partir de la próxima semana, tanto Walter como sus compañeros realizarán una serie de medidas de protesta, aunque todavía no tienen definido el plan de acción.
La idea es visibilizar la situación por la que están pasando: no quedarse solamente en la vereda de lo que fue su lugar de trabajo.
La primera intención es protestar en la Costanera para que los mendocinos y mendocinas conozcan su problemática.
Este viernes volvieron a reunirse en las afueras de la fábrica Copetín Gonzalo y allí se llevaron la sorpresa de otro grupo de trabajadores de una empresa cercana, Diesel Campillay: les donaron 25 cajas navideñas.