“Lo llevé y todo bien. Al día siguiente me dijo que ahora le tocaba a él. Me mandó una foto de su moto, una Bajaj Dominar 400. Justo a mí, que toda la vida me gustaron las motos”, recuerda Diana, hoy su flamante esposa.
Aquel gesto dio pie a una conversación que pronto se convirtió en una invitación a cenar, marcando el inicio de su historia de amor.
Marido y mujer en moto.jpg
Un alto en el camino. Viajaron en moto a Bariloche.
Gentileza
Diana y Agustín viven en Tunuyán. Ella ya estaba "casi" enamorada, pero la conquista definitiva llegó dos meses después, cuando él cambió su moto por una Royal Enfield Continental 650. “¡Motaza! Me enamoró él y la moto”, confiesa entre risas.
Con el tiempo, la relación avanzó y decidieron irse a vivir juntos. Una vez establecidos, Diana comenzó la búsqueda de su propia moto.
“Probé todas las opciones posibles porque me costaba encontrar una moto que pudiera manejar. Mido 1,55 m y casi todas son muy altas”, cuenta con una carcajada.
sonrisa en moto, agustín y diana Pravato.jpg
Finalmente, en agosto de 2023, pudo estrenar su Hunter 350. “Siempre con la ayuda de Agustín”, aclara.
Un año después, en agosto de 2024, durante uno de sus tantos viajes juntos—esta vez a Las Leñas—y acompañados por 30 moteros del grupo Royal Enfield, Agustín le propuso casamiento.
La boda se celebró el 25 de enero con una entrada triunfal en la que no faltaron amigos, familia y, por supuesto, sus compañeros moteros.
Tres días después, emprendieron la luna de miel… ¡en moto!
“Viajamos por la Ruta 40, enfrentándonos a muchos desafíos y kilómetros de asfalto y ripio. Gran hazaña para una motera que le tiene miedo al ripio. Una noche hicimos 82 kilómetros de ripio sin caídas y con éxito, acompañados por dos moteros: Máxi, de Santa Fe, y Arturo, de Chile. Nos ayudaron en la travesía y compartimos una cena de festejo”, relata Diana.
Al día siguiente, cada uno siguió su camino y ellos tomaron rumbo a San Carlos de Bariloche. “Nos tomó cuatro noches llegar a destino desde casa. Llegamos agotados, pero felices”, cuenta.
El jueves 6 de febrero emprendieron el regreso ingresando por el paso Cardenal Samoré, en Villa La Angostura. “Tomamos la Ruta 5. Un día después llegamos al paso Pehuenche, en Malargüe. Fueron 1.180 kilómetros en dos días”.
De regreso a casa y retomando la rutina, el flamante matrimonio atesora cada kilómetro recorrido, recordando una de las experiencias más hermosas que la vida les regaló.