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Los docentes de Palmira intentan reparar el auto.
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Los problemas comenzaron cuando el vehículo, una traffic contratada para el traslado, se desvió de la ruta prevista. “Nos perdimos llegando a San José. Nos desviamos y, como no había señal, el GPS empezó a marcarnos otra ruta. En lugar de seguir la picada, que es como llaman al camino principal, nos metimos por una huella de arena", relata Lorena. A partir de allí, el viaje se volvió una verdadera lucha contra el terreno y la incertidumbre.
Un camino elegido por error... intransitable
El camino elegido por error resultó ser intransitable para la traffic, que comenzó a enterrarse cada pocos metros. "El vehículo era muy pesado y no es 4x4, entonces nos quedábamos enterrados cada 100 o 200 metros. Tuvimos que usar lo que teníamos: palas, ramas, y hasta nuestras manos para desenterrar la traffic una y otra vez". Por suerte, los estudiantes llevaban herramientas para las reparaciones que iban a realizar, y esas mismas sirvieron para enfrentar las adversidades del camino.
"Llegamos hasta un puesto donde un puestero nos ayudó con una pala. Con lo que teníamos, los chicos empezaron a desenterrar el vehículo para poder seguir", recuerda. En medio del desvío, uno de los docentes logró, con mucha dificultad, conseguir señal en su teléfono celular y contactarse con el 911 de San Juan. "Estábamos casi al límite con San Juan. Agradecemos muchísimo a la policía de Mendoza, porque enseguida se comunicaron con la policía de Lavalle y enviaron un móvil a buscarnos".
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A trabajar. Todo el mundo se puso al hombro las reparaciones necesarias en la escuela albergue de Lagunas del Rosario.
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La comunicación con el 911 se logró cerca del mediodía, pero el grupo recién fue encontrado por la policía alrededor de las 15.30. Mientras tanto, el director de la escuela de destino también se había enterado de la situación y salió en búsqueda del grupo junto a un vecino. "Mientras nosotros intentábamos desenterrar la traffic, ellos nos buscaban por otro lado. Fue un gran trabajo en conjunto".
Un desvío de más de 18 kilómetros en pleno campo
La situación se volvió aún más compleja porque el grupo se había desviado casi 18 kilómetros dentro del campo. "No sé si decir que estábamos perdidos, pero sí con muchos problemas. Nos habíamos salido del camino y no era transitable, así que era empujar la traffic, ponerle troncos debajo, yuyos, lo que encontrábamos. Fue un esfuerzo físico grande, y los chicos, que están acostumbrados a andar por ciudad, a caminar unas cuadras o tomarse un colectivo, se encontraron con una realidad muy distinta".
Finalmente, cerca de las 17, el grupo fue rescatado por la policía de Mendoza, que los escoltó hasta el camino adecuado y los acompañó hasta la ruta principal. De allí, retomaron el rumbo hacia la escuela, a la que llegaron aproximadamente a las 19.30, ya de noche y visiblemente agotados.
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Uno de los mayores problemas, las cuchetas de la escuela albergue.
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"Llegamos con hambre, con frío y con muy poca agua. Las provisiones que llevábamos se habían terminado. Pero a pesar del cansancio, los chicos llegaron con toda la predisposición de aprovechar el poco tiempo que nos quedaba. Nos cambiamos y empezamos a trabajar enseguida", cuenta Lorena con orgullo.
En la escuela Esperanza de Laguna los esperaban con una merienda caliente. El recibimiento fue cálido y reconfortante. Inmediatamente comenzaron con las reparaciones: arreglaron las cuchetas del albergue, que estaban deterioradas, revisaron luminarias, solucionaron problemas en los baños y ofrecieron arreglos a miembros de la comunidad que se acercaron con sillas, mesas u otros objetos rotos. “Los chicos trabajaron hasta las 10 de la noche. Fue admirable ver su compromiso a pesar del día que habían tenido”, dice emocionada.
Todos a trabajar a pesar de la odisea del día anterior
A la mañana siguiente, el martes 24, retomaron las tareas desde temprano. Desayunaron y volvieron a sus puestos de trabajo. "Uno de los vecinos trajo una bomba de agua que también necesitaba reparación. No teníamos los materiales para arreglarla en ese momento, pero los profesores se comprometieron a llevarla a Palmira, repararla allá y volver a enviarla. Ese fue otro acto de compromiso y responsabilidad que los chicos valoraron muchísimo".
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Misión cumplida para los estudiantes de la escuela técnica de Palmira: orgullo y solidaridad en Lagunas del Diamante.
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La experiencia, más allá del cansancio y las dificultades, resultó transformadora. "Nuestros chicos se quedaron encantados. Fue una vivencia única. La escuela tiene prácticas reales, salen a trabajar en diferentes lugares, pero esto fue distinto. Surgió de ellos una nueva idea: organizar otro viaje, llevar materiales y una soldadora para donar, y capacitar a los alumnos de la escuela de Laguna del Rosario para que puedan hacer su propio mantenimiento", relata Lorena.
Embed - Un viaje de 10 horas de Palmira a Lavalle
Ese nuevo objetivo va más allá de un simple intercambio, sostuvo Garro. Apunta a la autonomía de comunidades rurales que muchas veces no tienen acceso a recursos, herramientas ni conocimientos técnicos. “Queremos que ellos mismos puedan arreglar sus cosas, que no tengan que depender siempre de que alguien venga de afuera. Sería genial si conseguimos alguna donación de soldadoras o materiales para que puedan tener sus propias herramientas”, reflexiona.
La escuela técnica 4-110 Presidente Nicolás Avellaneda ya ha demostrado con hechos su compromiso con la comunidad. En este caso, la experiencia de ir a ayudar a una escuela rural alejada se convirtió también en una lección sobre la importancia de la solidaridad, la organización y el trabajo en equipo. "Ojalá se pueda volver a dar. Los chicos quedaron encantadísimos y con muchas ganas de volver. Esta experiencia les mostró otro mundo y los unió de una manera que ninguna clase podría haber logrado", concluye Lorena.
Mencionó a Rita Jacinto, directora de la Primaria de la escuela de Lagunas, quien fue el principal contacto para este proyecto y mamá de un estudiante de 6to año. También enumeró a las autoridades de la secundaria Esperanza de Laguna, Esteban Córdoba y a la directora de la escuela Avellaneda, Patricia Robles
Quienes deseen colaborar con herramientas para la escuela técnica de Palmira, pueden contactarse al 2613845093 (Lorena Garro).