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El agave es una planta nativa de las regiones áridas de Estados Unidos y México.
En esta línea, hay especies que son altamente resistentes al invierno y a las temperaturas bajo cero, como por ejemplo la Agave stricta, la Agave salmiana y la Agave victoriae-reginae.
Por otro lado, los agaves pueden crecer en distintos tipos de suelo y se mantendrán siempre fuerte gracias a sus raíces, las cuales buscan la profundidad para resistir ante el fuerte viento que caracteriza a las regiones áridas de donde es nativa. Por lo tanto, si tienes una de estas plantas en el jardín, deberás olvidarte de sus cuidados de jardinería.
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El agave es de las plantas más resistentes.
Si tienes un agave dentro de casa, es decir en una maceta, tampoco necesitarás cuidados de jardinería exigentes. Incluso, hay ejemplares como el Agave desmettiana, el Agave attenuata o el Agave lophantha que crecen a la perfección en la sombra o detrás de una ventana.
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El agave crece perfectamente en una maceta, como así también en el jardín.
En este caso, lo único que debemos considerar es el fertilizante que necesita esta planta en determinada época. Especialistas en jardinería sugieren hacerlo ligeramente en primavera o al inicio del verano con un producto balanceado de liberación lenta, diseñado para suculentas o cactus.