Una innovadora app llamada Timeleft está revolucionando la forma de socializar en las grandes ciudades, conectando a extraños para compartir cena mediante un algoritmo de personalidad. Con más del 61% de estadounidenses anticipando sentirse solos durante las fiestas, la iniciativa llega en un momento crucial.
Con esta aplicación ya no te tienes que preocupar por conocer gente.
La tecnología al servicio de la conexión humana
En una era donde la soledad urbana se ha convertido en una epidemia silenciosa, Timeleft emerge como una solución innovadora. La aplicación, que comenzó en Lisboa el año pasado y ya opera en más de 300 ciudades de 65 países, ha encontrado en Los Ángeles su segundo mercado más importante en Estados Unidos, solo superado por Nueva York.
"Es difícil conocer gente en Los Ángeles, y no soy solo yo, porque muchas personas que han venido a estas cenas han vivido aquí durante 20 años", explica Cristina Haraba, una usuaria de 42 años que se mudó desde Londres hace tres años.
Una experiencia social única para las festividades
El funcionamiento es simple pero efectivo, cada miércoles, Timeleft organiza más de 400 cenas en diferentes barrios de Los Ángeles. Los usuarios pagan una entrada de $16 o una membresía mensual desde $26, y la aplicación los empareja con otros comensales basándose en un algoritmo de personalidad. Los participantes solo reciben información básica sobre sus compañeros de mesa, como su sector profesional y signo zodiacal, hasta el día anterior al encuentro.
Este año, la plataforma ha dado un paso más allá al programar cenas especiales para el 25 de diciembre en Navidad y el 1 de enero. "Queríamos ofrecer una alternativa durante las fiestas para personas que han perdido seres queridos, viven lejos de sus familias o quizás no tienen una buena relación con ellos", explica Carlie Armstrong, responsable de la región oeste de Timeleft.
La aplicación resulta especialmente relevante en un momento en que, según una reciente encuesta de la Asociación Americana de Psicología, casi el 40% de los adultos estadounidenses evita reunirse con familiares con los que tiene diferencias políticas durante las festividades.