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El estudio acercó más a los perros y a los humanos.
Mediante el uso de monitores cardíacos y grabaciones detalladas, el equipo de ciencia registró que los canes aumentaron su frecuencia de parpadeo en un 16% cuando observaban a otros perros realizar este gesto. Este incremento notable sugiere una capacidad inherente para la imitación facial.
Los resultados del estudio revelaron que esta respuesta ocurre de manera inconsciente, similar a lo que sucede en la comunicación humana. Daniel Mills, veterinario conductista de la Universidad de Lincoln, explicó: "Existe una cantidad masiva de comunicación que sucede de forma subconsciente".
La etóloga Martina Francesconi destacó que esta sincronización sutil entre perros plantea interrogantes fascinantes sobre sus mecanismos de comunicación. "El parpadeo podría ser una manera de señalar: 'Estoy relajado, y tú también puedes estarlo'", señaló la experta.
Descifrando el lenguaje canino
La investigación arrojó datos inesperados sobre otras formas de comunicación canina. Los perros participantes mostraron con mayor frecuencia el blanco de sus ojos durante las pruebas, una reacción que tradicionalmente se asocia con estados emocionales intensos.
Mills enfatizó que este descubrimiento obliga a reconsiderar las interpretaciones simplistas sobre el comportamiento canino. "La gente suele decir 'esta señal significa que mi perro siente esto' o 'aquella señal es un signo de estrés'. Este trabajo nos enseña a ser más cautelosos con las generalizaciones".
El equipo de investigación planea continuar explorando la sincronización exacta de estos parpadeos y su rol en la comunicación social canina. Los resultados preliminares sugieren que los perros desarrollaron esta capacidad a través de la evolución como mecanismo para fortalecer sus vínculos sociales.