Existe una teoría que expresa que el tiempo transcurre diferente entre los niños y los adultos; mientras que durante la infancia se percibe más lento, a medida que las personas crecen se va acelerando ese sentir. La ciencia realizó un estudio sobre la percepción del tiempo, aunque también repasamos diferentes teorías previas.

Diferentes teorías sobre el paso del tiempo

Una de las teorías con respecto a la percepción del tiempo es que este es inversamente proporcional a la edad, por lo tanto, un caso ejemplificador es el siguiente: para un niño de 10 años un año representa una décima parte de su vida, mientras que para un adulto de 50 años esa misma fracción es mucho menos. Este cambio en la proporción explicaría por qué la infancia se percibe como una etapa más extensa en comparación con la adultez.

Otro modelo explica que en la niñez el mundo está lleno de novedades, es así que cada experiencia requiere un esfuerzo cognitivo significativo para ser comprendida y almacenada en la memoria. Es así que el cerebro procesa más información por unidad de tiempo; por el contrario, los adultos han vivido muchas situciones similares, por lo tanto, disminuyen la cantidad de detalles que registran.

Una teoría alternativa expresa que el tiempo es subjetivo y posee una escala basada en la raíz cuadrada de la edad, lo que significa que la aceleración del tiempo no es lineal, sino progresiva. Al acumularse recuerdos y experiencias, el cerebro se va adaptando y reduce la cantidad de información novedosa, lo cual también afecta la manera de percibir la duración de los eventos.

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La ciencia reveló por qué los adultos y los niños perciben diferente el paso del tiempo.

La ciencia reveló por qué los adultos y los niños perciben diferente el paso del tiempo.

El estudio de la ciencia sobre la percepción del tiempo

La Universidad húngara de Eötvös Loránd realizó una investigación científica, que fue publicada en Scientific Reports, donde analizaron cómo percibe el cerebro el tiempo. Otro de los puntos de análisis es si realmente existe un cambio en la percepción comparando la infancia con la edad adulta.

Los resultados explicaron que las diferencias en la percepción temporal están relacionadas con el desarrollo del cerebro y la forma en que procesamos la información a lo largo de los años.

Es así que la ciencia confirma que la percepción del tiempo no es fija, sino que "depende de factores cognitivos y neurológicos que evolucionan con la edad.". Es por eso que los especialistas expresan que es necesario comprender estos mecanismos porque, además de ayudar a entender el funcionamiento de la mente humana, también plantea interrogantes sobre cómo organizamos nuestras experiencias y gestionamos el tiempo en las distintas etapas de la vida.

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