A pesar de que el pollo tiene una gran cantidad de propiedades, lo cierto es que no todas las partes tienen la misma cantidad de beneficios para la salud. La dietista y nutricionista Katie Drakford explica por qué el solomillo es la más saludable.
El solomillo de pollo, es una pieza pequeña y tierna ubicada en la parte interna de los muslos del ave y ha demostrado ser más nutritiva de lo que muchos imaginan. En comparación con la pechuga, que es conocida por su bajo contenido de grasa, el solomillo posee una mayor cantidad de nutrientes esenciales que benefician al organismo.
Uno de los principales beneficios del solomillo de pollo es su perfil de ácidos grasos. Mientras que la pechuga es una opción magra, el solomillo contiene una mayor cantidad de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que son conocidas por sus efectos positivos en la salud cardiovascular. Estas grasas son esenciales para mantener un equilibrio hormonal adecuado y mejorar la absorción de ciertas vitaminas liposolubles, como las vitaminas A, D, E y K.
Además de las grasas saludables, el solomillo también ofrece una mayor concentración de nutrientes esenciales como el zinc y el hierro. Estos minerales son fundamentales para el sistema inmunológico, la producción de energía y la salud de los glóbulos rojos. De hecho, el solomillo de pollo es considerado una excelente fuente de hierro hemo, que es el tipo de hierro más fácilmente absorbido por el cuerpo humano.
Por otro lado, aunque la pechuga sigue siendo una excelente fuente de proteínas magras, el solomillo también aporta una cantidad significativa de proteínas de alta calidad, lo que lo convierte en una excelente opción para quienes buscan aumentar su ingesta de este macronutriente sin renunciar a los beneficios de una mayor cantidad de nutrientes.
Además de los beneficios nutricionales, el solomillo de pollo es una opción menos procesada en comparación con otras partes del pollo, como las pechugas pre empacadas o los cortes más comerciales. Debido a su preparación más natural, el solomillo conserva un sabor más profundo y una textura más jugosa, lo que lo convierte en una alternativa ideal para quienes buscan una opción sabrosa sin sacrificar la salud.