Rebecca A. Drummond, profesora asociada de Inmunología e Inmunoterapia, explica en el portal especializado ScienceAlert que nuestro sistema inmunológico trabaja constantemente para combatir estas esporas. "Las células inmunes llamadas macrófagos se ubican dentro de los espacios aéreos de los pulmones y eliminan cualquier elemento inhalado que podría considerarse dañino, incluidas las esporas fúngicas", señala la experta.
Para las personas con sistemas inmunes saludables, la exposición típica a esporas fúngicas raramente causa problemas. Sin embargo, quienes padecen asma, fibrosis quística o enfermedad pulmonar obstructiva crónica enfrentan riesgos considerables al exponerse a estos microorganismos en el ambiente del hogar.
La situación se torna especialmente crítica para individuos inmunodeprimidos. En estos casos, los hongos pueden provocar infecciones graves o empeorar condiciones preexistentes. Las esporas actúan como potentes desencadenantes que inflaman las vías respiratorias y dificultan la respiración.
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El moho puede ser peligroso en la vivienda.
Protegiendo la salud en el hogar con la ciencia
El trágico caso del pequeño Awaab Ishak en 2020 evidenció las consecuencias fatales de la exposición prolongada a niveles elevados de esporas fúngicas en el hogar. Su muerte condujo a cambios legislativos en Reino Unido, obligando a propietarios a atender rápidamente problemas de humedad en viviendas.
Los expertos recomiendan medidas preventivas efectivas para mantener un hogar saludable. La ventilación adecuada resulta fundamental, junto con el uso de deshumidificadores o tendederos con calefacción para el lavado durante el invierno. Estas precauciones simples podrían marcar la diferencia entre un ambiente doméstico seguro y uno potencialmente peligroso.