Estos homínidos, si bien presentaban una serie de similitudes con nosotros, aún tenían diferencias sustanciales en cuanto a sus capacidades cognitivas, fisiológicas y culturales. Fue hace unos 200 000 años, en el continente africano, cuando Homo sapiens comenzó a surgir como una especie distinta, con características como un cerebro más grande, mayor capacidad de lenguaje y un comportamiento social más complejo.
La evidencia genética y fósil: la clave de la humanidad, según la ciencia
El hallazgo de fósiles y el análisis de ADN han sido cruciales para respaldar esta teoría. En primer lugar, los fósiles de nuestros ancestros más cercanos han sido fundamentales para comprender nuestra evolución. De acuerdo con la ciencia, distintas partes de África han revelado restos de homínidos que muestran una progresión de características físicas hacia las de Homo sapiens.
La ciencia determinó cuál es el verdadero origen de la humanidad (1).jpg
Hace unos 500 000 años, en Eurasia, apareció el Homo neanderthalensis (nombre que significa persona del valle de Neander), también conocido como neandertal. Controlaban el fuego, vivían en refugios y hacían arte y objetos simbólicos. Por ejemplo, existe evidencia de que enterraban deliberadamente a sus muertos e incluso marcaban sus tumbas con ofrendas como flores.
Por otro lado, los avances en genética han permitido un enfoque más preciso en el estudio del ADN. La comparación del ADN mitocondrial (transmitido solo por la madre) entre distintas poblaciones humanas ha proporcionado una ventana al pasado de nuestra especie. Los estudios genéticos han indicado que todos los seres humanos actuales compartimos un ancestro común que vivió en África, lo que refuerza la hipótesis de un origen africano reciente.
La dispersión global de la humanidad
Una de las características más intrigantes de la historia de Homo sapiens es su expansión desde África hacia el resto del mundo. Hace entre 300 000 y 200 000 años, grupos de humanos modernos comenzaron a migrar fuera de África, probablemente debido a cambios climáticos o presiones ambientales.
Estos grupos se dispersaron por Asia, Europa, Australia y, eventualmente, América, reemplazando o cruzándose con otras especies humanas como los neandertales y los denisovanos, quienes habitaban esas regiones.
El proceso de dispersión global de Homo sapiens fue lento, pero determinante. A lo largo de miles de años, nuestras capacidades cognitivas, culturales y sociales nos permitieron adaptarnos a diferentes entornos y situaciones, creando sociedades complejas que dieron lugar a las civilizaciones actuales.