Casi todos los países del mundo poseen al menos una capital, esta es una ciudad o una localidad donde reside los miembros y organismo supremos del estado. Entre tantas, existe una en América Latina cuya historia y popularidad no pasa por inadvertida.
En el pasado, los mexicas fundaron Tenochtitlán en medio de este lago en 1325, una ciudad que, debido a su diseño ingenioso y a la utilización de chinampas (islas artificiales), se convirtió en una de las urbes de América Latina más avanzadas de su tiempo. Sin embargo, con la llegada de los conquistadores españoles en 1521, la ciudad de México fue destruida y, posteriormente, reconstruida sobre los cimientos de Tenochtitlán, sin tomar en cuenta los riesgos que implicaba construir sobre un lago.
¿Por qué se hunde la capital de México?
En un estudio reciente publicado en la revista Scientific Reports, utilizando los datos de un satélite radar, midieron cómo cambiaba la elevación en toda la ciudad entre 2011 y 2020. La subsidencia no es uniforme, el grado depende de varios factores.
En el Valle de San Joaquín, en California, la tierra se ha hundido hasta 8.5 metros en el último siglo debido a que los agricultores han consumido demasiada agua subterránea. Un drenado similar de los mantos acuíferos se está produciendo en la Ciudad de México, asolada por una crisis del agua que se agrava cada vez más. Es así, el hundimiento del Área Metropolitana del Valle de México se ha dado por la combinación de dos factores: el natural, correspondiente al movimiento de los suelos blandos, además de la extracción del recurso hídrico.
Este hundimiento, junto con la creciente urbanización y el cambio climático en esta capital de América Latina, ha convertido a la Ciudad de México en un verdadero desafío para los ingenieros y urbanistas. Para mitigar este problema, se han implementado diversas estrategias, como la restauración de los acuíferos y el uso de tecnologías avanzadas para monitorear el hundimiento, pero la solución definitiva sigue siendo un desafío.