Comenzó la construcción

La capilla de Carlo Acutis, un faro entre dos sociedades atravesadas por el mismo dolor: las adicciones

Ubicada entre Vistalba y Drummond, rodeada de barrios privados y vulnerables. ¿El objetivo? Que los jóvenes se encuentren, piensen y se alejen de las adicciones

Fue la mamá de Carlo Acutis la que le dijo al padre Osvaldo Scandura que la capilla que llevará el nombre de su hijo será un “faro de luz”. Y justamente es eso lo que se busca: que la inteligencia ilumine el corazón de los más jóvenes. Que los chicos piensen y no solo sientan. Que aprendan a ser antes de tener. Que llenen sus silencios con encuentros… y no sean presa fácil de las adicciones.

Osvaldo Scandura es el párroco de la iglesia Perpetuo Socorro de Chacras de Coria. A él le llegó la donación del terreno y el proyecto de la capilla en calle Vistalba de Luján de Cuyo, justo enfrente de la bodega y pegadito a un barrio privado que está en construcción. Atrás, en los “patios” de la capilla están la calle Chile, barrios populares y, con ellos, otras realidades pero el mismo flagelo: jóvenes –y no tan jóvenes- con problemas de adicción.

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La capilla de Carlo Acutis, en un lugar clave de Luján de Cuyo.

La capilla de Carlo Acutis, en un lugar clave de Luján de Cuyo.

“Esta capilla tiene que ser en honor al joven beato Carlo Acutis”, le dijo monseñor Marcelo Colombo al padre Scandura y entonces se cerró el círculo: son ellos, los adolescentes –como Acutis, que murió a los 15 años-, los que no conocen de ocio, los que quieren todo ya y se presentan frágiles antes los buitres, los que necesitan un espacio para charlar, para matear, para compartir una hamburguesa, encontrarse y pensar.

A ellos, a los jóvenes de todas las clases sociales, con sus hormonas revolucionadas, la tecnología en la mano y la cercanía latente del juego y la droga es que estará dedicada la iglesia.

Una capilla, la historia de Carlo Acutis y la necesidad de los jóvenes de hoy

Carlo Acutis, el adolescente en el que la iglesia busca que se vean reflejados los jóvenes mendocinos, será canonizado el 27 de abril. Será el primero de los “millennial” en ser santo y la primera capilla en su honor estará en Luján de Cuyo.

Nacido en el seno de una familia italiana y pudiente, llegó al mundo en Londres, donde se encontraban sus padres por trabajo. Al poco tiempo, la familia se instaló en Milán, Italia, a donde transcurrió la corta vida de Carlo, quien murió cuando tenía apenas 15 años, producto de una leucemia fulminante diagnosticada unas semanas antes.

Era un adolescente más, con amigos, con la sexualidad a flor de piel y con una gran atracción por lo tecnológico, pero crack. Tan inteligente que supo programar una página web en la que documentó todos los milagros y apariciones de la Virgen María reconocidos por la Iglesia Católica.

Era devoto, sí. Raro para su familia que no lo era. Carlo Acutis conoció a Jesús a través de la empleada que lo cuidaba y desde pequeño se interesó en su vida y obra. Pidió recibir la comunión siendo muy chiquito y fue tanta su curiosidad por lo religioso que su mamá tuvo que estudiar teología para poder salvar sus dudas.

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La iglesia mendocina busca que la historia de Carlo Acutis inspire a los jóvenes. En honor a él se creará un espacio para compartir y reflexionar en el corazón de Luján de Cuyo.

La iglesia mendocina busca que la historia de Carlo Acutis inspire a los jóvenes. En honor a él se creará un espacio para compartir y reflexionar en el corazón de Luján de Cuyo.

Lo que ella no sabría hasta la muerte de su hijo, es que Carlo utilizaba su mensualidad para ayudar a los demás. “El velorio se llenó de gente desconocida para su familia. Fue entonces cuando se enteraron que era un adolescente que entregaba lo que tenía para ayudar a otros, que los reconocía y se hacía querer por ellos”, cuenta Scandura en una linda y larga charla con Diario UNO.

En 2020 fue beatificado por el papa Francisco, después de reconocerle su primer milagro: la sanación de un niño brasileño. El segundo – la recuperación de una joven costarricense en 2022- se reconoció el año pasado, abriendo camino hacia su santificación.

“Que miren al otro”, es lo pretende el párroco Scandura de los jóvenes mendocinos; de ahí que espera que la figura de un par como Carlo Acutis pueda resultar inspiración para ellos.

En el terreno recién se están haciendo los primeros movimientos de suelo pero la obra es monumental, por lo que le espera un arduo trabajo a la comunidad para reunir los fondos necesarios para su construcción. “Haremos la iglesia como se pueda, en el tiempo que se pueda”, reconoció el padre. Para recaudar, se esperan donaciones y se organizarán eventos y maratones.

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Render de la capilla Carlo Acutis. El proyecto fue bendecido por el papa Francisco.

Render de la capilla Carlo Acutis. El proyecto fue bendecido por el papa Francisco.

Los jóvenes de hoy: sus vacíos y las adicciones que atraviesan todas las clases sociales

No es novedad que las adicciones atraviesan a los jóvenes de todas las clases y también al resto de las franjas etarias. Es una problemática que crece en Mendoza y los líderes sociales, como el padre Scandura de Chacras o el profe de fútbol Jonathan Tejada, de Drummond, lo saben muy bien.

Conocen el paño desde adentro y coinciden, ante la consulta de Diario UNO, en que hoy, la debilidad está dada por la falta de pensamiento.

“Se cae en una adicción cuando hay una falla de centro. Y el centro qué es… es el corazón. Por eso buscamos que los chicos se miren hacia adentro, que sientan, que actúen pero iluminados por la inteligencia. El problema de hoy es que muchos solo sienten y actúan pero sin pensarlo”, analiza el párroco de Chacras que, el día de mañana, seguramente tendrá a su cargo la capilla Carlo Acutis.

“La sociedad los va llevando a no pensar. No hay cultura, no hay patriotismo, no se piensa. Se vive nomás”, agrega Jonathan, que junto a su esposa buscan que el deporte sea una herramienta para ayudar a que los jóvenes no sean presa fácil de las adicciones.

El trabajo está difícil. “Hoy, como nunca en todos estos años, los pibes están drogándose en la esquina”, dice sobre la zona en la que vive, la que justo da a lo que serán los patios de la nueva capilla.

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Dos realidades, las mismas problemáticas. Las adicciones son un punto común entre los jóvenes de distintas clases sociales. La capilla Carlo Acutis busca ser un faro para ellos.

Dos realidades, las mismas problemáticas. Las adicciones son un punto común entre los jóvenes de distintas clases sociales. La capilla Carlo Acutis busca ser un faro para ellos.

Hay más droga de la que vemos. Y más cerca de lo que lo vemos porque, dicen los que saben, son muchas las familias ocultan al adicto.

“Lo que hay hoy entre los jóvenes –y mayores también- es un gran vacío. El primero ‘ser’ para después ‘hacer y tener’ está desvirtuado”, explica fácil el padre Scandura y sigue: “Rige la regla del ‘hacer para tener’ y del ‘ser’ después vemos si nos ocupamos o si nos interesa”.

Y eso es así porque no se piensa, como dice el profe Tejada. Porque “no hay espacio para la filosofía, no hay espacio para pensar. Nos han hecho creer que hay que tener para llenar ese vacío”, agrega Scandura. Y cuando no se tiene, o no se tiene lo que se quiere y en el momento que se quiere… “aparecen los buitres”, esos que están al salto para aprovecharse de los más frágiles, de los que no saben o pueden definirse, de los que hoy están acá y mañana allá, de los que no saben lo que quieren pero lo quieren ya.

La capilla Carlo Acutis, un espacio para pensar

Las falencias y adicciones son las mismas. Lo diferente es el abordaje. “Hoy no hay espacios de reunión y se necesitan”, dice el profe de Drummond. Pero también “se necesitan talleres para sus madres y padres porque hoy esos pibes tienen padres que pasaron por lo mismo. Son dos generaciones sin políticas de contención”.

Y cómo se les habla a los jóvenes para que vuelvan a mirar su centro, para que llenen sus vacíos. “Hay que ser directos buscando que no pierdan su humanidad. Chicos y grandes han perdido la capacidad de hablar”, dice el cura.

Los adultos más acomodados llenan esas faltas con la tarjeta, ejemplifica. Otros, “acompañando en sus actividades pero completamente desbordados, trepándose a un alambrado para gritarle al árbitro; trasladando ese desborde a los chicos”. Están, claro, pero de más…

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La capilla de Carlo Acutis se levantará en Vistalba, en plena calle Viamonte.

La capilla de Carlo Acutis se levantará en Vistalba, en plena calle Viamonte.

Y en los sectores más vulnerables, donde la plata falta, “los chicos tienen que salir a trabajar porque nada alcanza o los hermanitos más grandes tienen que tomar la responsabilidad de cuidar a los más chiquitos para que sus padres puedan trabajar”.

Se van llenando los vacíos… pero de la manera equivocada.

Ni en un sector social ni en el otro hay espacio para un proyecto de vida. Unos porque son “de mundo” y otros porque no tienen posibilidades de planificar. “En ningún caso están preparados para los silencios de la vida, para el ocio, para el parate y ese silencio sí o sí en algún momento se produce. Y es entonces cuando buscan evadirse” y se abre la puerta a la adicción.

“Los jóvenes no están preparados para los silencios de la vida, para el ocio, para el parate y ese silencio sí o sí en algún momento se produce. Y es entonces cuando buscan evadirse y aparecen las adicciones”

Los efectos, claro, son dramáticos en los sectores más vulnerables. "Se mueren a los 25, se drogan con porquería y no hay lugares de recuperación", repasa con dolor Jonathan Tejada.

La capilla Carlo Acutis busca ser un faro de luz, como dijo la mamá del beato, la italiana Antonia Salzano que charla seguido por WhatsApp con el padre Osvaldo. Un espacio de contención, de reunión, de disfrute. Un espacio libre y natural para pensar, para discernir, para hablar con el otro cara a cara y para tirar algo a la parrilla. Para que los jóvenes se encuentren… Así de simple y así de grande.