“Llevo cinco años en esto y casi cuatro en esta empresa que confió en mí en plena pandemia, cuando las oportunidades eran escasas, especialmente para las mujeres. Estoy agradecida y cómoda, aunque extraño la belleza de mi provincia”, comenta a UNO.
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Las 12 primeras egresadas del curso, en noviembre de 2019. Karen es la segunda desde la izquierda, abajo. Gentileza.
Karen destaca que la principal dificultad que enfrenta en la ruta es la falta de baños y duchas adecuadas para mujeres. “Todo está pensado para hombres, más rústico. Pero fuera de eso, no hay diferencias. Mis compañeros son solidarios, somos una gran familia, y siempre nos apoyamos, especialmente cuando alguien queda varado en la ruta”.
Aprendió las maniobras, técnicas de manejo y respuestas ante desperfectos mecánicos durante el curso de Scania, cuando fue seleccionada junto a otras 11 mujeres del país, incluyendo a la mendocina Paulina Gómez Gatto. Sin embargo, asegura que “en la cancha se ven los pingos”.
“Hubo que salir y hacer camino al andar, pero me adapté rápido. El psicofísico también fue riguroso, ya que el estado general debe ser óptimo para recorrer tantos kilómetros”, recuerda sobre su entrenamiento en General Pacheco, Buenos Aires.
Aunque la pandemia la encontró con su carnet profesional pero sin experiencia, Karen logró ser recomendada en su actual empresa, ubicada en San Francisco, en el límite entre Santa Fe y Córdoba, a unos 750 km de Mendoza. “Me entregaron el camión y salí a la ruta. Fue una experiencia enriquecedora, en un ámbito serio y bien remunerado”.
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"Muchas mujeres me felicitan y hasta me dicen que quisieran haber hecho lo mismo", señala Karen.
Aunque reconoce avances, opina que todavía queda trabajo por hacer para reducir la brecha de género en el sector. “Cuando ingresé, sólo había dos mujeres conductoras en la empresa. Hoy soy la única”, comenta. Actualmente se dedica exclusivamente al traslado de contenedores hacia Buenos Aires, un trabajo que describe como “sacrificado y solitario”.
Karen, que en este momento está descargando mercadería en la planta Danone de Lonchamps, asegura que su trabajo tiene tanto ventajas como desafíos. “Extraño mucho a mi familia, pero siento que he progresado y eso me motiva. Sin embargo, las rutas argentinas deberían estar mejor equipadas para nosotras. En Brasil, por ejemplo, hay muchas conductoras y todo está preparado para ellas”.
Sobre las reacciones que recibe, dice: “Hay de todo. Muchas mujeres me felicitan, se sorprenden y me sacan fotos. A pesar de los avances, las licencias profesionales para mujeres aún no superan el 1%”.
Mayor responsabilidad
Scania asegura que las mujeres tienen mejores indicadores de conducta y responsabilidad al volante. Además de Conductoras, la empresa se adhiere a los Principios de Empoderamiento de las Mujeres (WEPs) de la ONU, buscando fomentar el liderazgo femenino.
El programa, que arrancó en 2019, busca cerrar la brecha de género en el transporte de cargas y satisfacer la creciente demanda de conductores calificados. Según datos del sector, en 2021 8,6% de los puestos de conducción de camiones no fueron cubiertos, debido a la falta de personal capacitado y la dificultad de atraer jóvenes a la profesión.
La sexta edición del programa finalizó recientemente con 12 nuevas egresadas de distintas provincias como Salta, Neuquén, Córdoba, y Chubut, aunque esta vez no hubo participantes mendocinas.
Mujeres de todo el país pueden postularse al programa, cumpliendo requisitos como tener entre 21 y 50 años, licencia B1 o superior con al menos dos años de experiencia, secundario completo y disponibilidad para 18 días de entrenamiento en Buenos Aires. Las preseleccionadas deben además aprobar un riguroso examen psicofísico.
El interés es alto: más de 6.000 mujeres esperan un lugar en este curso que promete abrir nuevas puertas laborales, tal como lo hizo con Karen.