Impensado aviso de los expertos: que pasa si comemos un huevo caducado
El huevo es uno de los alimentos más comunes y versátiles en la dieta diaria. Sin embargo, como cualquier producto, tiene una fecha de vencimiento o caducidad que garantiza su frescura y seguridad. Consumirlos puede representar un riesgo para la salud, especialmente si no se almacenaron correctamente o si ya han desarrollado signos de descomposición.
De acuerdo con el Instituto del Huevo, el contenido comestible lo forman la clara y la yema. En el caso de la clara contiene principalmente agua (88%) y proteínas. Mientras que, en la yema el 50% es agua, y el resto proteínas y lípidos.
Debido a su composición y frescura, luego de que la gallina pone el huevo, a muchas personas les surge el interrogante sobre el tiempo de almacenamiento y las fechas en las que se deben consumir.
¿Qué significa que un huevo esté "caducado"?
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La fecha de caducidad en los huevos indica el tiempo estimado durante el cual el producto se mantiene fresco y seguro para el consumo si se almacena en las condiciones recomendadas, generalmente en el refrigerador. Pasada esta fecha, el huevo puede empezar a deteriorarse, aumentando el riesgo de contaminación bacteriana.
Riesgos de comer huevos caducados
El principal peligro de consumir huevos en mal estado es la intoxicación alimentaria, provocada por bacterias como la Salmonella. Esta bacteria puede causar síntomas como: dolor abdominal, náuseas y vómitos, diarrea, fiebre.
La gravedad de la intoxicación depende de factores como la cantidad ingerida, el estado del huevo y la salud del consumidor. Personas con sistemas inmunológicos débiles, como niños, ancianos o embarazadas, están en mayor riesgo de sufrir complicaciones.
Aunque, la especialista Laura Meschede, de la Academia Española de Nutrición y Dietética, detalla que los huevos no tienen fecha de caducidad propiamente dicha, sino una fecha de consumo preferente de 28 días a partir de la puesta. Por lo que el consumidor puede optar por consumirlos una vez excedido ese plazo sin que suponga necesariamente un problema sanitario.
¿Cómo saber si un huevo está en mal estado?
Según los expertos del Instituto, una manera de evaluar la frescura del huevo es a través de la clara, ya que tiene una zona consistente y otra más líquida. Cuando esa firmeza se reduce quiere decir que el huevo pierde las condiciones de frescura. Si te es difícil distinguir las dos zonas, también es señal de que está menos fresco.
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Prueba del agua: Coloca el huevo en un recipiente con agua fría. Si se hunde y se mantiene en posición horizontal, está fresco. Si flota, es señal de que ha acumulado gases por descomposición y debe desecharse.
Olor: Un huevo en mal estado desprende un olor sulfuroso, incluso antes de romperse.
Aspecto al romperlo: Una clara acuosa o amarillenta y una yema que se deshace fácilmente son señales de que el huevo ya no es fresco. Además, los especialistas indican que un huevo fresco tiene una yema semiesférica sobre la clara densa y ambas presentan una altura que se destaca sobre la clara líquida. Un huevo que pierde frescura se caracteriza por mostrar una yema menos firme y plana.
Para reducir el riesgo de intoxicación por huevos caducados, sigue estas recomendaciones: almacénalos en el refrigerador a una temperatura de 4 °C o menos, verifica la fecha de caducidad al comprarlos y opta por aquellos con fechas más lejanos. Utiliza los huevos dentro del periodo recomendado y no los dejes a temperatura ambiente por largos periodos.
