Los expertos creen que el metano proviene de grandes reservas almacenadas bajo el fondo marino en forma de hidratos de metano, compuestos químicos que han estado atrapados en estructuras de hielo y sedimentos en las aguas frías durante 20 mil años.
A medida que las temperaturas globales aumentan y los glaciares de la región antártica se derriten, estos hidratos de metano se liberan al océano, lo que genera una posible liberación masiva del gas a la atmósfera. Esto se debe al adelgazamiento de la capa de hielo antártica, alígera el peso sobre la tierra y hace que el continente se eleve lentamente, un proceso conocido como rebote postglaciar.
Cuáles son las graves consecuencias de este hallazgo
Hallaron una bomba climática bajo el océano en la Antártida y temen que sea una gran amenaza (1).jpg
El impacto de este fenómeno podría ser devastador. Aunque la mayor parte del metano liberado se disipa en las aguas profundas antes de alcanzar la superficie, los científicos advierten cualquier liberación significativa podría aumentar considerablemente las concentraciones de gases de efecto invernadero, acelerando aún más el cambio climático.
Los científicos detectaron que el metano liberado en el océano se disuelve a una profundidad de aproximadamente 150 metros, antes de llegar a la atmósfera. Si esta tendencia persiste, el planeta podría enfrentar un ciclo de retroalimentación en el que el deshielo y la emisión de metano se refuercen mutuamente, provocando efectos climáticos extremos, tal como, como huracanes, olas de calor y cambios en las corrientes oceánicas, afectando directamente a comunidades costeras.