Un espectacular descubrimiento arqueológico en la necrópolis de Tarquinia, Italia, permitió desenterrar una tumba etrusca de 2.500 años decorada con vibrantes pinturas murales en tonos rojizos que revelan aspectos únicos sobre la vida cotidiana de esta antigua civilización que vivió hace miles de años.

Las excavaciones, dirigidas por Daniele Federico Maras desde el Museo Arqueológico Nacional de Florencia, sacaron a la luz este extraordinario hallazgo que se suma a las cerca de 6.500 tumbas identificadas en Tarquinia, aunque solo unas 200 conservan decoración pictórica.

El arte cuenta la historia

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Este descubrimiento es único en su tipo.

Este descubrimiento es único en su tipo.

Entre las escenas más llamativas destaca una representación única en su tipo: un taller metalúrgico que sugiere el origen de la riqueza familiar. La arqueología moderna permite interpretar estos vestigios como testimonio directo de una próspera familia dedicada al trabajo con metales.

Músicos tocando la flauta y parejas danzantes adornan otra de las paredes en lo que los expertos en arqueología identifican como una probable ceremonia fúnebre. "Las escenas han sido interpretadas por los académicos como referencias a las ceremonias que ocurrían durante el funeral de los miembros de la familia", explicó Maras.

La tumba presenta además una escena donde aparece una mujer, posiblemente la difunta, junto a dos jóvenes. Este tipo de representación familiar constituye un valioso registro de las relaciones sociales en la civilización etrusca.

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Pese al saqueo que sufrió la tumba en el pasado, que provocó la pérdida de restos humanos e inscripciones, las pinturas murales sobrevivieron al paso del tiempo debajo de otra estructura funeraria colapsada en la necrópolis de Italia.

Tecnología al servicio de la historia

La investigación en Italia continúa con el uso de técnicas de imagen multiespectral que permitirán recuperar los colores originales perdidos de las pinturas murales, aportando nueva información sobre las técnicas artísticas etruscas.

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El equipo de especialistas en arqueología trabaja meticulosamente para documentar cada detalle de este excepcional descubrimiento, que se suma al selecto grupo de tumbas etruscas con decoración figurativa que incluyen escenas de banquetes, danzas, deportes, mitos y representaciones del inframundo.

Las autoridades culturales de Italia destacaron la importancia de preservar este patrimonio único que data de mediados del primer milenio antes de Cristo, época en que la civilización etrusca alcanzó su máximo esplendor antes de ser gradualmente conquistada y asimilada por los romanos.

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