Astronomía

Extraño descubrimiento en el espacio: bolas de hielo a millones de kilómetros

El descubrimiento de dos misteriosas esferas heladas en una región remota de la Vía Láctea desafía las explicaciones sobre la formación de cuerpos celestes

Un inédito descubrimiento mantiene en vilo a la comunidad científica internacional desde que un grupo de astrónomos detectó dos enormes esferas congeladas en las profundidades del cosmos. Este nuevo hallazgo se obtuvo con datos conseguidos en Chile, y se seguirá investigando con el telescopio James Webb.

Mediante el uso del telescopio ALMA, ubicado en el desierto de Atacama en Chile, un grupo de investigadores identificó dos objetos únicos en su tipo que podrían revolucionar nuestra comprensión sobre la formación estelar.

Descubrimiento fuera de lo común

Separadas por una distancia de 13.000 años luz entre sí, estas enigmáticas esferas de hielo aparecieron por primera vez en datos recopilados entre 2006 y 2011 por el telescopio espacial japonés AKARI, según se puede ver en un estudio publicado en el sitio Arxiv.

Con un tamaño equivalente a diez veces nuestro sistema solar, estas estructuras presentan características que las diferencian de cualquier otro cuerpo celeste conocido hasta el momento.

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Este misterioso descubrimiento desafía los conocimientos de los científicos.

Este misterioso descubrimiento desafía los conocimientos de los científicos.

Rodeadas principalmente por dióxido de silicio y monóxido de carbono, estas formaciones se ubican a 30.332 y 43.704 años luz de distancia respecto a nuestro Sol.

Comparadas con otras nubes de gas observadas en el universo, que pueden alcanzar dimensiones superiores a toda la Vía Láctea, estas estructuras resultan sorprendentemente pequeñas.

Una investigación en desarrollo

Los científicos continúan analizando estos objetos mediante el telescopio ALMA, ubicado a 5.000 metros de altura en el norte de Chile.

Observaciones preliminares sugieren que podrían tratarse de nubes de gas densas o incluso un tipo de estrella nunca antes visto, aunque su apariencia helada y ubicación alejada de las zonas típicas de formación estelar plantean numerosos interrogantes.

Para profundizar en el estudio de estas misteriosas esferas, el equipo de investigación solicitó tiempo de observación en el telescopio espacial James Webb.

Un aspecto intrigante radica en que estos cuerpos celestes aparecen completamente aislados de las regiones donde habitualmente se forman las estrellas.

Ahora, un equipo internacional de expertos intentará desarrollar nuevas teorías para explicar cómo estas estructuras mantienen su forma a pesar de las intensas fuerzas gravitacionales que actúan en el espacio.

Mediante el análisis de ondas de radio, los astrónomos intentan detectar señales que revelen la presencia de algún mecanismo físico desconocido en el interior de estas esferas.

Las próximas observaciones con el telescopio James Webb prometen revelar detalles nunca antes vistos sobre la estructura interna de estos enigmáticos cuerpos celestes.