Los restos encontrados en la edificación europea estaban acompañados de objetos personales como botones de hueso, brazaletes y algún arma de bronce. Asimismo, se hallaron vasos de cerámica, ollas, un tapón de hueso que formaba parte de un estuche donde se guardaban cabellos de los difuntos, un ritual popular de las civilizaciones de ese entonces.
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El edificio histórico está ubicado en el km 40 de la carretera Me-1 de Menorca.
A lo largo de los años, los habitantes de la isla convivieron con el edificio de piedra sin darle mucha importancia. Esto fue así hasta que decidieron excavarla y restaurarla a mediados del siglo XX.
En la actualidad, es uno de los monumentos más visitados de Menorca y un singular icono turístico. Cabe destacar que los turistas pueden conocerlo, pero el acceso al interior de la edificación está prohibido.