Conocer este árbol es primordial, no solo representa fuerza, durabilidad y a la cultura Argentina. También refleja la necesidad de equilibrar desarrollo y conservación.
Conocer este árbol es primordial, no solo representa fuerza, durabilidad y a la cultura Argentina. También refleja la necesidad de equilibrar desarrollo y conservación.
Es así que al ser emblema nacional, este árbol nos invita a reflexionar sobre el cuidado de nuestros recursos y la identidad que compartimos a través de la naturaleza. Te contamos de qué especie se trata.
El quebracho colorado chaqueño es mucho más que un árbol de gran porte y madera resistente. Representa un símbolo natural de identidad, historia y lucha en Argentina. Su designación como árbol nacional no solo responde a su relevancia en los ecosistemas del norte argentino, sino también a su peso cultural, económico y social.
Este árbol, cuyo nombre deriva del término “quiebra-hacha”, debido a la dureza de su madera, forma parte del paisaje chaqueño y de la historia productiva del país. A lo largo de décadas, ha sido protagonista en el desarrollo de la industria maderera, al mismo tiempo que sufre las consecuencias de la sobreexplotación. Reconocerlo como símbolo nacional también es un llamado a la conservación de una especie valiosa que ha marcado generaciones.
El quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae) es una especie nativa del Gran Chaco argentino. Su madera, de altísima densidad, fue históricamente utilizada para durmientes de ferrocarril, construcciones rurales y como fuente de tanino. Además de su valor económico, se destaca por su longevidad y capacidad de adaptarse a climas extremos.
En 1956, se lo declaró árbol forestal nacional, en reconocimiento a su importancia cultural y natural. El quebracho ha sido parte de la vida de pueblos originarios, trabajadores rurales y movimientos obreros, especialmente en el norte argentino. También simboliza la lucha contra la deforestación y el cambio climático.
Según el CONICET hoy en día, su preservación se ha vuelto fundamental. Diversas organizaciones y comunidades promueven su reforestación como una forma de recuperar ecosistemas degradados y frenar la pérdida de biodiversidad en la región chaqueña, una de las más amenazadas del continente.