La espalda es una de las partes más importantes de nuestro cuerpo. No por nada se habla de "columna vertebral" cuando hay que referirse al eje central de cualquier situación. Y, como tal, mantener firme y cuidada nuestra espalda es un desafío fundamental, sobre todo después de los 50 años.
Por ello mismo es que expertos en salud física recomiendan idear muy cuidadosamente la rutina de ejercicios para la espalda en aquellas personas que ya están por encima de los 50 años. Porque, guste o no, los años no vienen solos. Y un entrenamiento incorrecto o mal hecho puede generar muchos más perjuicios de lo que creemos. ¡Toma nota!
La importancia de cuidar la espalda después de los 50
La espalda es una de las zonas más castigadas del cuerpo humano. Y es que sobre ella se cargan todos los pesos, y no en el sentido metafórico. Desde aquellos físicos y materiales hasta las tensiones y nervios. De hecho, entre las consultas médicas más frecuentes, el dolor de espalda representa a una de las principales.
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Por esto mismo es que, dentro del cuidado que deberías dedicarle a la espalda, hay ciertos ejercicios para fortalecer musculatura y postura que deberías repetir periódicamente para mantenerla saludable. Y es fundamental entender que bajo ningún punto de vista la espalda de una persona está preparada para soportar un peso superior al de ella misma.
Los ejercicios de espalda que debes incluir en tu rutina después de los 50
Estos son algunos ejercicios que puedes incluir en tu rutina entrenamiento y cuidado de espalda, y que puedes practicar en casa, siempre haciendo la correspondiente entrada en calor previa:
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- "Superman": debes tumbarte boca abajo, extendiendo brazos y piernas -como imitando la pose del superhéroe volando-. Luego debes levantarlos simultáneamente del suelo.
- Plancha: se practica apoyando los antebrazos y las puntas de los pies en el suelo (con piernas extendidas). Debes mantener el cuerpo en línea recta
- Flexiones de brazos.
- Remo invertido: debes acostarte boca arriba bajo una mesa. Luego tomas los bordes y te levantas hasta que tu pecho esté cerca del objeto, como si estuvieses remando.
- Extensiones de espalda (o espinales): te tumbas boca abajo con los brazos a los costados del cuerpo. E intentas levantar del suelo la parte superior, haciendo contraer los músculos de la espalda.