Desde tiempos inmemorables los avistamientos y encuentros con objetos voladores no identificados (OVNIs) han llamado la atención de millones de personas, de ciudadanos comunes hasta gobiernos, quienes intentan captar y encontrarle un razonamiento a diferentes fenómenos que se presentan alrededor del mundo. Es que muchas veces una luz percibida no precisamente viene del espacio y tiene un origen terrenal.
Se trata de un tema que causa mucha controversia, generando todo tipo de especulaciones sobre si hay o no realmente vida en otros planetas. Y no solo eso, sino que, además, surge el interrogante que expresa que en caso de haber vida por qué nos visitarían. El último caso que se viralizó fue un posible avistamiento sobre el volcán Popocatépetl, en México.
¿Es un OVNI? Misteriosa luz sobre un volcán conmueve al mundo
Popocatépetl queda ubicado en México, presenta una altitud de 5400 metros sobre el nivel del mar, y se encuentra entre los límites territoriales del Estado de México, Morelos y Puebla. Se localiza unos 72 km al sureste de Ciudad de México, a 43 km de Puebla, a 63 km de Cuernavaca, y a 53 km de Tlaxcala.
Hoy en día el volcán está en el centro del interés mundial por dos razones: por un lado, porque según el último informe del CENAPRED registró 101 exhalaciones, una emisión continua de 21 minutos y un tremor de 134 minutos en las últimas horas; por el otro, la aparición de fenómenos luminosos en las cercanías hacen pensar a los amantes de los OVNIs que su presencia podría ser la culpable de la preocupante actividad volcánica.
El debate sobre la relación entre el supuesto OVNI y la actividad volcánica
Mientras las autoridades solicitan a los ciudadanos, amantes de los OVNIs y turistas que no se acerquen a la zona para evitar consecuencias relacionadas con el calor emanado por el volcán y las emisiones de ceniza tan perjudicante para la salud; las personas se sorprenden y esbozan todo tipo de teorías con respecto a la unión de los dos factores.
Fanáticos de la vida extraterrestre indican que no se trataría de un hecho aislado, expresan que podría tratarse de una conexión no estudiada sobre los procesos geológicos y los fenómenos atmosféricos o astronómicos. Sin embargo, para el grueso de la sociedad se trata del producto del imaginario colectivo alimentado por las redes sociales.