Un millonario belga tenía la costumbre de visitar varias veces al año las islas pitiusas (conformadas por Ibiza y Formentera, y numerosos islotes) entablando una relación con una joven. En una de esas oportunidades la mujer quedó embarazada, pero el hombre negó su paternidad durante varios años. Tras la prueba de ADN ahora deberá pagar una cuantiosa pensión.
Las pruebas de ADN fueron contundentes.
Una historia de amor en Ibiza
El hombre nació en Bélgica y gracias a su buen ojo en los negocios pudo transformarse en millonario. Es así que varias veces al año visitaba las playas paradisíacas de Ibiza y - ¿cómo perderselo? - las noches llenas de adrenalina en los bares y boliches. De esta manera conoció a una joven bailarina a la cual visitó en numerosas oportunidades.
Luego de dos años de relación la mujer le informó que estaba embarazada, el millonario negó la paternidad y se borró del mapa. Sin embargo, la justicia falló a favor de la mujer. Es que el juzgado de Primera instancia número 4 de Ibiza sentenció que el hombre belga dedicado a los anticuarios es el padre del niño.
Es así que el juzgado ordenó que el comerciante deberá pagar una pensión de 975 euros al mes (alrededor de mil dólares estadounidenses y más de un millón de pesos argentinos). El bufete Osuna, quienes son especialistas en derechos hereditarios, celebraron el pronunciamiento calificándolo de "muy favorable para su cliente".
La demanda civil para reclamar la paternidad se presentó en el año 2020 y, varios años después, la mujer logró que se hiciera justicia. La prueba de ADN fueron contundentes: confirmaron en un 99,9 % que el millonario es el padre del niño y, al haberse desentendido de su paternidad, deberá pagar.
¿Cómo se hace una prueba de ADN?
El sitio web Ampligen, un laboratorio de pruebas de ADN y análisis genéticos con más de 20 años de experiencia, explica que para realizar la prueba de paternidad es fundamental "poder disponer de muestras del presunto padre y de su hijo", mientras que la muestra de la madre no es necesaria para establecer la relación de paternidad.
La página de internet también expresa que "habitualmente las muestras a analizar se obtienen directamente de la saliva de las personas a analizar, mediante un frotis bucal realizado con bastoncillos de algodón que se introduce en la boca y frotas por el interior de la mejilla", pero también se pueden obtener el ADN de otras maneras:
- Uñas cortadas (de manos o pies).
- Pelos arrancados, con raíz o bulbo (los pelos cortados no sirven).
- Colillas, cepillos de dientes, chicles, caramelos y similares.
- Manchas de sangre (tiritas), de semen (preservativos) o de sudor (ropa sin lavar).
- Objetos con saliva: recipientes de bebidas (vasos, latas, tazas), sobres o sellos.
- Pañuelos con mucosidades.
- Dientes de leche, pinzas de ombligo y cordones umbilicales.
- Orina (pañales).
- Restos cadavéricos (huesos y dientes).
- Tejidos biológicos (biopsias en parafina).
Además explican que la muestra recomendada siempre será la de sangre o – por la sencillez en su obtención – la de saliva, obtenida a través del frotis bucal mencionado. Son las muestras más utilizadas y de las que se obtendrán resultados con bastante exactitud.
Las pruebas de paternidad realizadas con ADN son muy precisas, y su fiabilidad es muy alta. Se puede llegar a determinar la relación de paternidad con porcentajes mayores del 99.999%. Este porcentaje aumentará en función de dos factores, el número de marcadores de ADN que se analicen y de la frecuencia que sus valores presenten en el conjunto de la población.