Como ejemplo de política de estado, el sacerdote hizo mención a un convenio que firmaron con Guaymallén para abordar la situación de las personas próximas a salir de la cárcel para evitar que vivan en la calle y vuelvan a delinquir y animó a otras comunas a imitar la acción.
Marcelo de Benedectis párroco de la iglesia Santiago Apóstol.jfif
El sacerdote Marcelo De Benedectis, vocero de la Iglesia Católica, destacó que se precisan soluciones estructurales para las personas en situación de calle
Qué sucederá con las personas que vivían frente al hospital Central
Desde febrero pasado, cuando se tomó la decisión de desalojar a la gente que se encontraba viviendo en la plazoleta Almirante Brown, frente al hospital Central, para luego cercar el espacio verde, la Iglesia comenzó a levantar la voz para intentar buscar una solución de fondo.
De Benedectis se refirió en más de una oportunidad a que este no es el camino para abordar la problemática, que tiene innumerables aristas, ya que muchas de estas personas se han quedado sin techo por no poder pagar un alquiler, por venir de otra provincia o porque recién salen de la cárcel y no tienen trabajo ni familia que los reciba. Cada situación es diferente y requiere de un abordaje especial, pero en general, la postura del sacerdote es no llegar a la intervención de las fuerzas de seguridad.
En el caso de quienes vivían en la plazoleta, si bien los desalojaron en una oportunidad anterior, luego volvieron. y este miércoles los volvieron a desalojar.
Hasta el momento, no hay una definición acerca de qué va a pasar con estas personas, ya que la situación excede a que no tengan un lugar para pasar la noche. Algunos de los que habitaban este espacio público tenían colchones, ropa, y hasta habían levantado carpas con frazadas. Es decir, la plazoleta era su casa a cielo abierto.
La solución de sacarlos de la plaza no se sostiene mucho en el tiempo, porque luego vuelven, o bien, se van a vivir a otros espacios verdes, ya que la situación de calle no es un delito, como tampoco lo es la mendicidad y en definitiva, en algún lugar tienen que sobrevivir.
En este sentido es que el vocero de la Iglesia Católica en Mendoza sostuvo que cada municipio del área metropolitana debe tener al menos dos refugios para gente sin hogar. Porque es una población que fluctúa por las comunas y se va instalando en donde encuentra un lugar. Es decir que mientras no se aborde el problema en forma estructural, lo único que se conseguirá es que la gente cambie de ubicación.
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Se complica dar una respuesta a la gente en situación de calle porque cada vez hay más, sobre todo en el centro de Mendoza.
Guaymallén firmó un convenio para la reinserción social de los liberados
De Benedectis puso como ejemplo de política de Estado un acuerdo al que han llegado con el municipio de Guaymallén y la dirección de Promoción del Liberado, del Servicio Penitenciario.
Consiste en que un tiempo antes de que se produzca la liberación de los internos, se realice un abordaje integral de vivienda, trabajo, salud y otros aspectos importantes para que una vez que salgan de la cárcel, estas personas no queden a la deriva. Esto evita que tengan que vivir en la calle y vuelvan a delinquir.
El sacerdote manifestó que es una iniciativa que se puede replicar en otras comunas.