Luego, el truco estrella aparece: una marinada con salsa de soja, ajo rallado, una cucharadita de bicarbonato de sodio y un chorrito de vinagre de manzana. Esta combinación actúa como ablandador natural, y tras un reposo de al menos dos horas en la heladera, la carne adopta una ternura y un sabor muy similares a los de la entraña. Además, para que queden crujientes es cambiar el pan rallado por cereales sin azúcar triturados.
¿Por qué funciona?
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La salsa de soja potencia el umami, el bicarbonato suaviza las fibras musculares y el vinagre ayuda a romper los tejidos, logrando que la milanesa conserve jugosidad incluso después de la fritura. Una vez marinada, la carne se empana como de costumbre, pasando por huevo batido y pan rallado, y se fríe en aceite caliente hasta dorar.
Además, esta receta es ideal para sorprender a tu familia pero sin gastar de más. Con el precio de la entraña por las nubes, este truco casero se posiciona como una alternativa económica, fácil de hacer y perfecta para lucirse en una comida familiar o con amigos. La clave está en la preparación previa, aseguran los cocineros, y no tanto en el corte de carne en sí.