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Uno de los métodos más utilizados es el baño maría. Consiste en colocar la carne en un recipiente hermético o envuelta en papel aluminio, y luego sumergirla en agua caliente a una temperatura controlada (generalmente entre 60 y 70°C). El agua caliente calienta la carne de manera uniforme sin que entre en contacto directo con el calor, lo que ayuda a preservar su jugosidad. Este proceso puede durar entre 30 y 60 minutos, dependiendo del grosor de la pieza.
La carne picada o algún corte de carne que sea más propensa a secarse, también tiene su propio truco. Los chefs recomiendan rehidratarla utilizando un poco de caldo, salsa o incluso agua, y recalentándola a fuego bajo en una sartén. La clave es mover la carne constantemente y asegurarse de que la temperatura no suba demasiado rápido, para evitar que se vuelva gomosa.
El truco de los chefs para recalentar la carne y aprovechar lo que sobró (2).jpg
El toque final de los chefs
El toque mágico de los chefs para darle nueva vida a los restos de carne no termina con la simple acción de recalentarla. En muchos casos, se recurre a lo que los profesionales llaman la "salsificación". Es decir, sumergir la carne en una salsa rica en sabores, como una salsa de tomate, teriyaki, o una mezcla cremosa de mostaza y crema. La salsa no solo sirve para darle más humedad a la carne, sino que también potencia el sabor y la textura, haciendo que el platillo recalentado sea más sabroso y apetitoso.