El riego es otro aspecto clave para el desarrollo saludable de la planta. En sus primeras etapas de crecimiento, los girasoles requieren una mayor cantidad de agua, pero una vez que han alcanzado una altura considerable, es mejor mantener un riego moderado y frecuente. La tierra debe mantenerse húmeda sin llegar a encharcarse, ya que el exceso de agua puede provocar la pudrición de las raíces y afectar la estabilidad del tallo.
El tipo de suelo también influye en el desarrollo de la planta. Un sustrato suelto, profundo y con buen drenaje es ideal para que las raíces se expandan sin problemas. Para mejorar la calidad de la tierra, se recomienda mezclarla con arena o perlita, lo que evitará la acumulación de agua y garantizará un crecimiento más fuerte. Además, los girasoles son exigentes en cuanto a nutrientes, por lo que es conveniente enriquecer el sustrato con fertilizantes naturales como compost o humus de lombriz.
Debido a que los girasoles no toleran bien los trasplantes, lo mejor es sembrarlos directamente en su ubicación definitiva. Si se cultivan en maceta, es recomendable elegir un recipiente lo suficientemente profundo para permitir el desarrollo adecuado de las raíces.
En cuanto al clima, el sitio de Ecología Verde indica que los girasoles son resistentes a temperaturas cálidas y templadas, pero en regiones con inviernos muy fríos pueden sufrir daños. Si se espera la llegada de heladas, es recomendable proteger la planta trasladándola a un lugar resguardado o cultivándola en maceta para poder moverla con facilidad.
Cómo cuidar los girasoles durante todo el año
Los girasoles son plantas de ciclo anual, lo que significa que completan su vida en aproximadamente 365 días. Durante este tiempo, es importante prestar atención a su desarrollo en cada estación:
- Primavera: Es el mejor momento para sembrar las semillas. Asegúrate de plantarlas en una zona con suficiente luz y suelo bien nutrido.
- Verano: Durante su crecimiento, aumenta la frecuencia de riego y aplica fertilizante orgánico para favorecer la floración.
- Otoño: Si los girasoles han dado semillas, puedes recolectarlas para volver a plantarlas en la siguiente temporada. Reduce los riegos a medida que la planta comienza a secarse.
- Invierno: Si cultivas en maceta, protege la planta del frío extremo trasladándola a un espacio interior con buena iluminación.